En ambas costas del país, estadounidenses protestan por segundo día la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales.
Cuando termine el conteo la diferencia entre Clinton y Trump podría ser de más de un millón de votos a favor de la ex secretaria de Estado.
Si el presidente electo cumple sus promesas electorales, el país está al borde de un cambio radical en política nacional y exterior.
El encuentro con el presidente actual, Barack Obama, dio comienzo de forma simbólica a la transición entre los dos líderes
En lugares como Chicago, Nueva York, Filadelfia, Texas, San Francisco, Los Ángeles y Washington, cientos y en algunos casos miles de personas marcharon entre cánticos de "¡No es mi presidente!"
Barack Obama llama a transición pacífica tras derrota de Hillary Clinton. "No hay republicanos ni demócratas, somos todos estadounidenses", agregó.
El presidente electo de Estados Unidos y su equipo empezarán a recibir el informe secreto diario de inteligencia que reciben los mandatarios de este país.
Las mujeres fueron protagonistas de varias marchas, argumentando que el presidente electo es "racista y misógino".
Hillary Clinton, por su parte, concedió públicamente la derrota electoral, y animó a sus seguidores a no desanimarse, y a luchar por ideales de igualdad.
"Es importante recordar y reafirmar que la unidad en la diversidad de Estados Unidos es una de las mayores fuerzas del país", señaló Ban Ki-moon.
“Sé que no logramos alcanzar y romper el techo de vidrio, pero espero que algun dia alguien lo hará, ojalá más pronto que tarde”, dijo la ex secretaria de Estado.
Trump visitó en campaña la sede de la Brigada 2506, en el barrio de la Pequeña Habana en Miami, donde afirmó que Obama no había realizado un buen acuerdo con Cuba y que Clinton era más de lo mismo, "o incluso peor".
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