Una de las quejas más sentidas de quienes se han manifestado en todo el país luego de las elecciones, es que paradójicamente Hillary Clinton -al parecer- obtuvo la mayoría de votos, pero el republicano Donald Trump ganó las elecciones.
Según resultados no oficiales con casi 125 millones de votos contados hasta ahora, Clinton tiene 59,9 millones de votos —236.000 votos más que Trump, pero cuando termine el conteo la diferencia podría ser de más de un millón de votos a favor de la ex secretaria de Estado.
Trump ganó debido al voto del Colegio Electoral, mediante el cual se designa la cantidad de votos por estado, en proporción a su tamaño y población.
Se requieren 270 votos electorales para ganar la presidencia. Trump cuenta por ahora con 279, aunque no ha finalizado el conteo en Michigan, Nuevo Hampshire y Arizona.
Los manifestantes piden a gritos eliminar el sistema del Colegio Electoral, y aunque tal idea no es nueva, hasta ahora las acciones en ese sentido han sido infructuosas. La ocasión más reciente fue en el 2000, cuando Al Gore perdió las elecciones ante George W. Bush, a pesar de haber ganado la mayoría de los sufragios.
Y ahora, con los republicanos controlando ambas cámaras del Congreso, es poco probable que prosperen esos llamados.
Giuliani dice que son llorones
El jueves, el exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, ahora mencionado para un puesto en el gabinete de Donald Trump, desestimó las protestas contra el presidente electo y acusó a los estudiantes de ser unos “llorones”.
Preguntado durante una entrevista en el programa “Fox & Friends” sobre si no sería adecuado aconsejar a Trump que escuche las quejas, Giuliani pidió paciencia.
“Mi consejo a Donald sería que dijera: ‘Vean, cálmense, las cosas no son tan malas como piensan. Dénme un año y creo que se van a dar cuenta que están viviendo en un país mucho mejor que en el que viven ahora’”, dijo Giuliani.
— “Y si no, no sé, entonces pueden llorar”, agregó.
Los manifestantes se niegan a reconocer la legitimidad de Trump, piensan que es un racista, anti-inmigrante y misógino y han iniciado un movimiento en las redes sociales bajo el “hashtag” #NotMyPresident.