Manifestantes en varias ciudades de Estados Unidos volvieron a las calles el jueves para expresar su desacuerdo por el sorpresivo triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de la nación.
En San Francisco, Nueva York, Denver, Los Angeles y otras ciudades de ambas costas del país, los manifestantes se hicieron sentir. Partidarios de Trump denunciaron las protestas en las redes sociales y ratificaron su apoyo al presidente electo.
En San Francisco, estudiantes de escuela secundaria marcharon por el centro de la ciudad coreando "No es my presidente" y sosteniendo carteles que pedían expulsar a Trump y otros con colores del arco iris y banderas mexicanas.
En Nueva York, unos cien manifestantes se reunieron en Union Square, en Manhattan, para protestar la presidencia de Donald Trump. Portando carteles que decían "Estados Divididos de América", "No es mi presidente" y "Dejen hablar a la Nueva Generación".
En una estación de metro en la 14th Street, neoyorquinos pegaron pequeñas notas en una pared con mensajes como "Mantengan la Fe! Nuestro trabajo recién empieza!".
En Washington D.C., más de 100 manifestantes, en su mayoría estudiantes, protagonizaron una sentada frente al nuevo hotel Trump International en la avenida Pensilvania, mientras el presidente electo de Estados Unidos se reunía con líderes republicanos en el Capitolio, a pocas cuadras de distancia.
Los estudiantes portaban carteles que decían "#todavíaconella" y "LoveTrumpsHate" (El amor combate el odio) una frase que Hillary Clinton utilizó a menudo durante su campaña electoral. También coreaban "Las vidas de los negros importan" y "Juntos somos más fuertes", un lema de la campaña de Clinton.
En Los Angeles, un pequeño grupo de manifestantes marchó hasta una avenida cerca del centro de la ciudad y bloqueó el tráfico hasta que la Policía disolvió la protesta.
En Oakland, California, manifestantes violentos destruyeron ventanas, encendieron fuegos y se enfrentaron con la policía antidisturbios.
El mensaje casi universal en las protestas es el temor de los descontentos a que el triunfo de Donald Trump signifique una amenaza para los derechos civiles.