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Elecciones 2012

Obama usó su habitual don retórico en la Convención del Partido Demócrata.
Obama usó su habitual don retórico en la Convención del Partido Demócrata.

La Convención Demócrata es un potencial punto de inflexión en la campaña del presidente para ser reelegido.

Dice que los votantes enfrentan una decisión crítica

Barack Obama dio su mejor disparo el jueves en la noche y eso debería darle un impulso a los dos últimos meses de su carrera para ser reelegido como presidente. Esencialmente, Obama intentó poner sobre la mesa que mientras algunas cosas no han ido tan bien como todos esperaban cuando fue elegido por primera vez hace cuatro años, su camino es la mejor forma de avanzar.

Obama usó su habitual don retórico en la Convención del Partido Demócrata aquí en Charlotte, Carolina del Norte, y los delegados fueron entusiastas para reaccionar a cada palabra. Pero él tuvo la dura prueba de hablar después del discurso que la primera dama, Michelle Obama, dio en la noche de apertura, seguido por otro del ex presidente Bill Clinton el miércoles.

El presidente enfocó su discurso de aceptación de la nominación en el futuro, diciéndoles a los votantes que ellos tienen la decisión en esta elección como en ninguna otra de los pasados 25 años. Poniendo esa decisión respecto del futuro, Obama espera que suficientes votantes pasen por alto su poco estelar record en la economía y le den otros cuatro años.

El ambiente en la calle luego de su discurso era electrizante. Miles de delegados y adherentes de Obama inundaron el centro de Charlotte, algunos cantando y gritando consignas. Claramente para esos asistentes a la convención, la energía está de vuelta. Quizás no como hace cuatro años, pero en los últimos días en la convención pueden haber sido suficientes para volver a energizar los espíritus demócratas.

En las horas previas al discurso, veintenas de delegados se dirigían al lugar de la convención de manera vertiginosa. Y el entusiasmo se mostró durante el discurso del presidente, con delegados gritando, vitoreando y pasándolo muy bien cuando el presidente planteaba sus argumentos.

Seguir las variables encuestas

La pregunta ahora es qué tipo de variaciones después de la convención encontrará el presidente en los dos meses finales de la campaña. Hablé con el connotado encuestador demócrata Stan Greenberg, quien dice que el discurso de Obama vino en un momento crítico de la campaña, una oportunidad real para los demócratas de poner a la vista las diferencias entre ellos y la opción republicana liderada por Mitt Romney.

Greeberg dice que la opción Romney-Ryan obtuvo un salto mínimo luego de la convención republicana en Tampa, Florida, la semana pasada, en gran parte por la incorporación de Paul Ryan como el candidato vicepresidencial. Él dice que la fuerte reacción pública al discurso de Obama junto una suave y energizante Convención Demócrata podría impulsar al presidente tres o cuatro puntos por sobre Romney en las encuestas de opinión pública que aparezcan en las últimas ocho semanas de campaña.

Puede parecer que esto no es mucho, pero muchos estrategas dicen que en una carrera estrecha esto puede ser determinante, lo que significa que la convención potencialmente fue un punto de inflexión para Obama y sus partidarios demócratas.

Pero aún es temprano y muchas cosas pueden pasar todavía, como los debates entre Obama y Romney. El primero será el 3 de octubre en Denver.

Los puntos fuertes de la Convención: La señora O y “Daddy-O”

Sin lugar a dudas, las tres principales estrellas demócratas fueron –no necesariamente en este orden- la primera dama Michelle Obama (señora O), el ex presidente Bill Clinton (Daddy-O) y, por supuesto, el presidente Obama (¿la gran O?). Probablemente deberíamos también considerar al alcalde de San Antonio, Julian Castro, quien dio la nota alta en la noche de apertura.

Mirando hacia atrás a la Convención Republicana, Ann Romney tuvo un discurso sólido que llenó en parte los vacíos sobre su esposo Mitt. Pero dos días después de su discurso, los delegados estaban aún zumbando con el trabajo que hizo Michelle Obama en nombre de su esposo la noche del martes.

Hay una cualidad fría, a veces distante del presidente Obama que en ocasiones empaña su habilidad para conectarse con los votantes. Pero Michelle Obama dio el antídoto para ello cuando habló en la convención. Muchos delegados, especialmente mujeres, tuvieron una emotiva reacción.

Los demócratas parecen ser muy efectivos tratando de maximizar la ventaja que tienen en ciertos grupos de votantes: las mujeres, quienes actualmente son la mayoría de los votantes, los hispanos y los afroestadounidenses. Dado el desafío de este año de tratar de replicar la asistencia record entre los jóvenes y quienes votaban por primera vez, los demócratas cuentan con la convención para volver a dar energía a esos grupos críticos de votantes en los que el presidente tiene una gran ventaja sobre Romney y asegurarse de que ellos saldrán a votar en noviembre.

¿Qué convención fue mejor, después de todo?

De forma un poco inesperada, encontré más energía en el cónclave demócrata en Charlotte que en Tampa con los republicanos.

Miren, los republicanos han estado emocionados por dos años con la idea de derrotar al presidente Obama. Todo el conservadurismo del Tea Party y la toma del poder en la Casa de Representantes vino justo como anticipo del evento principal: vencer al presidente Obama en 2012.

Así que, sí, los republicanos estaban mentalizados en Tampa para unirse bajo el eslogan que dice “Derrotar a Obama”, en vez “Amamos a Mitt”. Queda la sensación en Tampa de que la mayoría de los republicanos sentían que hacían lo que tenían que hacer: apoyar a Romney más con sus cabezas que sus corazones y alistarse para los dos últimos meses de la campaña.

Pero en Charlotte, los demócratas parecían estar listos para el ataque. Es como si toda la energía demócrata hubiera salido ahí, sin explotar y ahora es cuando está lista para desatarse.

Los demócratas aún tienen sus desafíos. ¿Han ganado suficientes votantes indecisos? ¿Volverán los jóvenes a convertirse en verdaderas manadas por el presidente? ¿Pueden hacer calzar el nivel de excitación y compromiso entre los demócratas partidarios, especialmente mujeres solteras, hispanas y jóvenes?

Pero después de su convención, es más fácil creer que los demócratas deberían ser capaces de hacer una participación mejor de lo que los expertos han predicho. No es algo cerrado y puede pasar mucho entre hoy y el 6 de noviembre, pero la mayoría de los demócratas con los que he hablado sienten mucha más confianza acerca de las posibilidades del presidente después de Charlotte que antes.
El candidato republicano Mitt Romney entra al escenario de la Convención Nacional Republicana.
El candidato republicano Mitt Romney entra al escenario de la Convención Nacional Republicana.

Romney hizo un trabajo creíble en dar su discurso y puso a los delegados a sus pies varias veces con enardecedoras condenas al presidente Barack Obama, su administración y sus promesas de un futuro mejor.

Votos de restaurar la promesa de Estados Unidos

La noche del jueves, Mitt Romney trató de hacer algo que no siempre hace muy bien. Intentó mostrarle a Estados Unidos y el mundo quién es él realmente y de qué está hecho.

En el discurso de su vida, el señor Romney prometió hacer crecer la economía, crear empleos y “restaurar la promesa de Estados Unidos” si es elegido en noviembre. Pero la gente estaba buscando el lado personal y la cantidad de apoyo que obtenga el nominado republicano después de la convención puede depender de en qué medida las personas sienten que están conociéndolo mejor.

Romney hizo un trabajo creíble en dar su discurso y puso a los delegados a sus pies varias veces con enardecedoras condenas al presidente Barack Obama, su administración y sus promesas de un futuro mejor. Vale la pena verificar para ver qué tipo de cambio en las encuestas de opinión pública obtendrá la opción republicana luego de su convención y si el discurso de Romney recibirá apoyo no sólo entre los republicanos, sino también en los votantes indecisos.

Clint trata de “alegrarle el día” a Mitt

Para estar seguro, Romney obtuvo cierta ayuda de la creciente estrella de Florida, el senador Marco Rubio, y de una estrella decadente de Hollywood, Clint Eastwood. Hablando de Clint, su presentación satírica fue poco alucinante. Fue más que extraño verlo de pie en el podio hablándole a una silla vacía, lo que se suponía ser una conversación imaginaria con el presidente Obama.

La conversación imaginaria fue, debemos decir, un poco inconexa. Parecía girar en torno a un espectáculo de televisión satírico que terminó con una persona de bata blanca gentilmente convenciéndolo para salir del escenario. Mientras Clint le hablaba a la silla, yo casi esperaba escuchar una voz desde las bambalinas llorando: “¡Oye, Clint, estoy aquí!”.

Pero al final de la noche Mitt Romney estaba en el escenario central, el alguna vez moderado que gobernó como liberal Massachusetts y que ahora lidera un Partido Republicano influenciado por el Tea Party y que parece deslizarse más hacia la derecha cada año.
De cierta forma, Mitt Romney es un calce extraño para su partido. Pero si él puede encontrar una forma de hacer su personalidad más atractiva para los votantes para el 6 de noviembre, podría lograr la única cosa que motiva a los republicanos día y noche: negarle a Barack Obama un segundo mandato y tener la Casa Blanca de vuelta.

Acelerando en la Convención Republicana

Después de una semana escuchando a los republicanos que siguen hablando de las fallas del presidente Obama, está bastante claro que el partido está bastante unificado en su determinación de negarle un segundo mandato en noviembre. Ésta fue la fuerza conductora de la campaña de las primarias republicanas y se convirtió en el llanto unificador en la convención noche tras noche en Tampa.

Los republicanos pueden ser aparentar confianza, pero yo detecté algo de incertidumbre justo bajo la superficie.

Mitt Romney prevaleció en contra de algunas de las alternativas más conservadoras en las primarias porque efectivamente ganó la carrera de convertirse en el republicano con más posibilidades de derrotar al presidente Obama. Él no ganó por haberse establecido como el nuevo ícono conservador en el molde de Ronald Reagan.

De hecho, discutiendo este punto con el senador de Arizona Jon Kyl, él reconoció que Romney “no es Ronald Reagan”, pero rápidamente añadió, “¿quién más lo es?”.

Hablando con la gente aquí en Tampa tengo la sensación de que no importa cuánto les disguste el presidente Obama y sus políticas, ellos tienen esta ligera sospecha de que el presidente todavía puede ganar la elección porque les gusta más a los votantes. Creo que si Romney pierde en noviembre, el Partido Republicano tendrá un período caótico buscando nuevos líderes que puedan poner el foco de atención en una generación más joven que incluye a Paul Ryan, Marco Rubio, Chris Christie y la gobernadora de Nuevo México Susanna Martinez.

Inmerso en el mundo republicano

Uno ve y escucha algunas cosas extrañas en torno al recibidor de la convención y especialmente en el área que llaman “hilera de radio”, que se ubica cerca del espacio de trabajo de los grandes medios. Día y noche, varios políticos republicanos, comentaristas e incluso algunas celebridades de Hollywood que rodeaban unas pocas docenas de cabinas que contenían principalmente presentadores de programas de conversación conservadores que les daban la bienvenida a sus programas con los brazos abiertos.

En un minuto el senador Mich McConnell entra a paso largo.

En la esquina hay un pequeño grupo de reporteros entrevistando a un representante relativamente oscuro. Uno piensa que ha visto si cara, pero no tiene idea de quién es. Y luego a la derecha está el actor Jon Voight, ardiente republicano y favorito del Tea Party.

Abajo en la recepción, Ann Coulter es el centro de atención y le dice a un reportero que a ella no le gusta su pregunta sobre qué “tiene que hacer” Mitt Romney en su discurso de aceptación de la nominación para tener éxito.

Mientras termina la entrevista a Coulter, dos jóvenes republicanos corren hacia ella para decirle que la jefa del Partido Demócrata Debbie Wasserman-Schultx está allí dando entrevistas a los medios. Ellos parecen ofendidos con la idea de que la cabeza del Partido Demócrata invadiendo su convención y su tono sugiere que les gustaría que Coulter hiciera algo al respecto. Pero ella está demasiado ocupada yendo a la cabina del próximo programa de entrevistas y una potencial confrontación política es evitada, al menos por el día.

La hilera de radio atrae a los fieles como lo hace la hierba de los gatos, esperando tener una rápida visión de las estrellas del Partido Republicano y quizás un veloz apretón de manos o, si realmente tienen suerte, una foto. Vi a un hombre a principios de la semana paseándose entre las hileras de presentadores de programas de entrevistas con una gran sonrisa en su rostro, presionando su celular contra su oreja. Yo no lo pude ayudar, pero noté cuán entusiasmado estaba este hombre cuando lo escuché decir “Sí, querida, es asombroso. ¡Aquí no hay liberales en ninguna parte!”.

El otro lado de la moneda comienza el martes en Charlotte, Carolina del Norte, cuando los demócratas abran su convención nacional para nominar al presidente Obama para un segundo período en la Casa Blanca.

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