EE.UU. enfrenta eventuales recortes del presupuesto de espionaje a pesar de las amenazas que aún enfrenta el país, incluidas las que representan al Qaeda en Yemen y Somalia, y los programas nucleares de Irán y Corea del Norte, dijo el director de Inteligencia Nacional, James Clapper.
En una audiencia en el Congreso, Clapper señaló que bajo fuerte presión en Irak y Afganistán, Al Qaeda está enfocándose cada vez más en naciones como Yemen y Somalia.
“El resultado puede ser que los afiliados regionales lleven a cabo la mayor parte de los ataques terroristas en lo adelante”, dijo. También resaltó que los planes nucleares de Irán y Corea del Norte siguen siendo una seria preocupación a pesar de los esfuerzos globales por frenarlos.
El año pasado, EE.UU dijo haber destinado más de 80 mil millones de dólares a inteligencia, el doble de lo que gastó durante el año fiscal 2001, cuando ocurrieron los ataques terroristas del 11 de Septiembre.
Clapper dijo ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes que a pesar de los intentos de algunos gobiernos por reducir la influencia de EE.UU. en América Latina la diferencias ideológicas y rivalidades regionales limitarán la efectividad de organizaciones como UNASUR.
En su evaluación sobre Latinoamérica, Clapper añadió que el presidente venezolano, Hugo Chávez, permanece seguro en el poder, pero probablemente enfrentará protestas populares a medida que intente avanzar su llamado "socialismo del siglo XXI".
Según el jefe de los 16 organismos de espionaje del país, "el deterioro de la economía venezolana y su decreciente popularidad (de Chávez) en su país y en el extranjero, han limitado su capacidad de ejercer influencia más allá de su grupo de aliados".
En cuanto a México, Clapper dijo que la situación en ese país tiene prioridad máxima para EE.UU. dada la ola de violencia desatada por los carteles mexicanos de la droga. "No hay duda de que es una inmensa preocupación para nosotros debido no sólo al potencial, sino a la violencia que ya ha pasado a los estados fronterizos" estadounidenses, señaló.
Respecto a Cuba, indicó que el continuo deterioro de la economía de la isla en 2010 ha obligado al presidente Raúl Castro a adoptar medidas difíciles que podrían dar lugar a protestas populares.
De acuerdo con Clapper, las fuerzas de seguridad cubanas están en capacidad de controlar protestas públicas focalizadas, pero "una represión severa a las protestas podría generar mayor descontento e incrementar la violencia, lo que podría producir inestabilidad política".
Los servicios de espionaje han recibido severas críticas por no haber percibido la alerta de las protestas en Túnez y Egipto, y algunos legisladores han cuestionado si la concentración en al-Qaeda ha debilitado la capacidad de la comunidad de espionaje para poner atención en otras partes del mundo.
Un día antes, la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, advirtió que la amenaza terrorista se encuentra en su nivel más elevado desde los ataques del 11 de septiembre del 2011.
Frenar las armas
La agencia federal que combate el contrabando de armas en México recibió fuertes críticas por enfocarse sólo en traficantes de poca monta y no atacar el foco del problema: los grandes grupos que los controlan.
Estados Unidos ha lanzado una campaña para reducir la venta ilegal de armas que terminan en manos de los cárteles mexicanos.
Un reporte del Departamento de Justicia señaló en noviembre que los agentes cierran los casos después de investigar sólo a los miembros de bajo rango en las redes del tráfico de armas.
Las autoridades de ambos países afirman que muchas de las armas que usan los narcotraficantes mexicanos fueron movidas de contrabando desde Estados Unidos.