Algunos la ven con indiferencia, otros le temen o la odian e incluso hay quienes le llaman el cuarto poder. Pero sobre todas las cosas, es un derecho.
La prensa sigue siendo una herramienta indispensable en el desarrollo de las sociedades y como resultado, de la humanidad.
Pero el problema es que quienes la odian, realmente quieren eliminarla. Aunque América Latina ha pasado por momentos peores, en términos de libertad de prensa, lo cierto es que este derecho fundamental sigue estando en peligro en algunos países.
“América ya no es un continente con características políticas similares, como lo fue en la década de los 70 y 80 cuando todavía estaba regida prácticamente por gobiernos autoritarios. Hoy Latinoamérica es una región muy variada y con grandes diferencias entre sus países”, dijo Carlos Dada a la Voz de América, periodista y fundador del periódico digital El Faro.
Es decir que algunos gobiernos, que antes no lo hacían, garantizan ahora la libertad de prensa como un derecho humano.
“Hay sin duda grandes avances con respecto a los años más oscuros en términos de libertad de prensa, incluso en los países en donde el panorama es peor, es mucho mejor que los años 80 y esto hay que tenerlo claro”, asegura Dada.
Para la periodista argentina Soledad Cedro, Estados Unidos es el mejor ejemplo de una nación que garantiza el derecho a una prensa libre a sus ciudadanos.
Cedro, quien trabaja para un canal de televisión en Miami, sostiene que a pesar de venir de un país en donde hay libertad de expresión, “cuando uno trabaja para un medio es inevitable tener ciertas presiones que en EE.UU. al menos no son tan obvias”.
“En casi 5 años que llevo viviendo aquí, jamás, ni una sola vez alguien me ha dicho que sí puedo o no puedo publicar algo, o que tengo o no que hablar bien o mal de un determinado candidato. Al contrario, poseo total liberad periodística”, dijo Cedro a la Voz de América.
Sin embargo, las diferencias a las que se refería el fundador de El Faro ofrecen panoramas distintos para el desarrollo pleno de la prensa en el resto de países de la región.
“En algunos casos hay un estancamiento alarmante, como sucede en Cuba, o peor aún, un retroceso evidente como en Colombia, Venezuela y Nicaragua”, explica el periodista.
Dada sostiene que en Nicaragua el gobierno de Daniel Ortega ha emprendido una clara cacería de brujas contra todo el que critique su gestión. El caso de Venezuela también es bastante parecido, aunque se lleva a cabo por medio de la “manipulación de las instituciones” del Estado y Colombia es un caso “especial”.
“Cuando el ex presidente (de Colombia Álvaro) Uribe estaba, lideraba un régimen, porque no hay otra forma de calificarlo, con un signo ideológico totalmente contrario al del (mandatario de Venezuela Hugo) Chávez, pero autoritario. Utilizó el aparato de inteligencia del país para espiar a periodistas cuando no eran de su agrado, los amenazó y emprendió una clara persecución”, asegura Dada.
Para el periodista este caso es importante destacarlo porque quiere decir que el autoritarismo no tiene que ver con sesgos ideológicos sino con la “debilidad institucional que le permite a un gobernante actuar de manera arbitraria en contra de la libertad de prensa”.