Fopea es una asociación profesional de periodistas, que nació a fines de 2002 con el objetivo de mejorar los estándares de calidad y ética del periodismo argentino y defender la libertad de expresión. Para ello promovió un código de ética, parámetros de calidad, realiza permanentemente talleres de capacitación en todo el país y creó un monitoreo de la libertad de expresión, que tiene alcance nacional y denuncia e investiga los ataques a la libertad periodística, explica Andrés D’Alessandro a la Voz de América.
- ¿Cuál es la verdadera lucha entre Clarín y el gobierno; es por el poder o por la libertad de expresión?
Nos resulta penosa la manera en que la pugna a la que alude la pregunta ha tergiversado y alterado los debates sobre ética periodística y libertad de expresión en la Argentina. Lamentablemente el debate de los últimos años en la Argentina sobre estos temas se ha desarrollado en un terreno de polarización que es ajeno a las lógicas de trabajo del periodismo profesional, lo cual trajo como consecuencia un bastardeo de la discusión pública, donde terminó perdiendo el periodismo profesional, y también los ciudadanos, que quedan a merced de una baja calidad de la información cuando lo que triunfa es la polarización y se pierden de vista los valores del periodismo profesional.
-¿Cuál es el camino de la defensa de la libertad de expresión en Argentina?
Fopea está conformada por periodistas profesionales de todo el país, que trabajan en medios privados, públicos y cooperativos. Creemos que el camino para estos debates es el de la defensa del rol profesional del periodismo y de la libertad de expresión, sin que se contamine de las versiones militante y coorporativa.
En ese sentido es riesgoso que la lucha por la libertad de expresión se mezcle también con los intereses de las empresas periodísticas. La mejor manera de defender la libertad de expresión es haciendo buen periodismo, y ello implica tener en cuenta estándares éticos y profesionales, que hoy en día se han perdido de vista en la Argentina.
-¿Cuáles son los códigos de ética profesional que quedan por asumir?
En Fopea promovemos que los medios adopten códigos de ética parámetros de calidad profesional, que son compromisos escritos con los ciudadanos. La información es un bien público, y debe ser tratada así por los medios más allá de la dimensión del negocio.
El escenario latinoamericano tiene otras urgencias en los desafíos a la libertad de expresión, los casos de México, Honduras, Colombia, Venezuela, pero la clase de desafíos como los que enfrentamos en Argentina, son una muestra de los riesgos que se corren si no se cumple una defensa irrestricta de la libertad de expresión, y esto implica un compromiso de todas las instituciones.
- ¿Cuáles son los efectos reales de la ley de medios?
Es importante señalar que desde Fopea hemos apoyado desde hace mucho tiempo la necesidad de que en la Argentina se aprobara una nueva ley de medios que reemplace a la vieja ley de radiodifusión de la dictadura militar que gobernó el país entre 1976-1983. Fopea se manifestó en su momento a favor de un debate sin plazos ni condicionamientos, y con la búsqueda del mayor consenso posible en el Congreso de la Nación.
Esta ley finalmente aprobada por el Congreso a fines de 2009 aún no ha tenido muchos efectos reales sobre el sistema de medios, si bien ha habido avances y un principio de ordenamiento administrativo y jurídico por parte del Poder Ejecutivo. Pero la falta de apoyo de la oposición y la judicialización de algunos aspectos centrales de la ley han puesto en suspenso su real y completa aplicación.
De nuestra parte no hemos tenido denuncias respecto de que los efectos de la ley vulneren el derecho a la libertad de expresión. Habrá que continuar evaluándola a medida que se vayan implementando los aspectos totales de la norma.
- ¿Existe la suficiente pluralidad en los medios públicos para considerar que haya libertad de expresión?
Es muy importante que en el sistema de medios argentino podamos contar con medios públicos profesionales y plurales, que estén guiados por normas o protocolos de trabajo basados en conceptos profesionales y con la participación de todos los sectores políticos e institucionales. Para ninguno de los gobiernos constitucionales desde 1983 en adelante esto ha sido una prioridad, y por lo que prevemos sería extraño que suceda un cambio en tal sentido durante el actual gobierno.
La falta de pluralidad afecta sin dudas a la libertad de expresión, y transforma a los medios públicos en medios del gobierno de turno, y a pesar de los esfuerzos de muchos valiosos trabajadores de prensa que mantienen una actitud profesional en esos medios, a veces resulta complicado poder brindar una información plural y completa, que sea modelo inclusive para los medios privados, como sucede en países como Canadá y Gran Bretaña.
En Fopea abogamos por la aprobación de una ley o una norma que transforme a los medios gubernamentales en públicos, con control parlamentario y con protocolos de calidad profesional acordes a las demandas informativas de la ciudadanía.
-¿Cuál cree que es el nivel de censura y de autocensura en el campo de lo político?
El contexto de todo esto es un clima de desprestigio permanente del rol del periodismo por parte de ciertos actores vinculados al poder político, no solo el gobierno nacional, también algunos provinciales y referentes del campo político, y una falta de compromiso público por parte de el gobierno nacional y los gobiernos provinciales respecto de cual es la tarea del periodismo. Y no sólo falta de compromiso, sino una acción ciertamente eficaz de ensuciar al periodismo, llevarlo al lodo de la política, polarizarlo, para quitarle todo vestigio de credibilidad. Cabe decir que desde Fopea no ensayamos una defensa corporativa del periodismo. Somos concientes de las deficiencias profesionales y de los problemas que tiene el sistema de medios públicos y privados en todo el país.
Como señaló el profesor Fernando Ruiz, integrante de la Comisión Directiva de Fopea, en el último congreso de nuestra asociación: la polarización es una lógica muy buena política, pero nada tiene que ver con el periodismo en el cual se da la lógica inversa. La política busca acumular voluntades, el periodismo es un proceso de desacumular voluntades. Lo periodístico no es simplificar ni generalizar, sino encontrar y abrir la lógica de la política, y esto es mostrar los matices. La polarización, desde el punto de vista del periodismo, es un veneno, nos saca del camino profesional. La democracia le pide al periodista que cumpla con los mandatos de la profesión.
Si debe existir algún tipo de límite al ejercicio de la libertad de expresión el único aceptable es el de la autorregulación ética. Todo lo demás es riesgoso.