La Justicia argentina ordenó a los hijos de la dueña del grupo Clarín, Ernestina Noble, que se sometan a las pruebas de reconocimiento de ADN para comprobar si son hijos de ‘desaparecidos’ durante la dictadura militar (1976 – 1983).
En la larga batalla que ha mantenido la dueña del principal diario del país, se argumentó que la Corte Suprema sostuvo que el Estado no puede obligar a una persona mayor de edad a someterse a una extracción de sangre contra su voluntad.
En esta ocasión, el fallo de la Cámara de Casación especifica que la extracción se hará "con o sin consentimiento" de Marcela y Felipe Noble.
Los abogados de Marcela y Felipe acusaron a “la persecución política y mediática” de la que son víctimas de obligarles a entregar una nueva prueba, que se suma a las tres que ya han cotejado.
Las pruebas de ADN obtenidas se contrastarán con las existentes de unos periodos temporales acotados almacenadas en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). Sin embargo, esta decisión del tribunal no complació a las Abuelas de Plaza de Mayo, que se quejaron de este límite, como expresó la titular, Estela de Carlotto: “No nos merecemos un condicionamiento temporal”.
La agrupación llevó a la familia Noble ante los tribunales hace 10 años, desde que acusaron a Ernestina de falsificar los trámites de adopción.
La familia propietaria del conglomerado atribuye la persecución a la que han sido sometidos a la “teoría de la expedición de pesca”, basada en la edad de los hermanos y en el desconocimiento de sus familias biológicas, “pero no de una sospecha razonable y fundada de casos concretos”, señala Clarín.
Marcela y Felipe habían aceptado comparar su ADN con el de las familias que habían reclamado su filiación.