Los trabajadores de Fukushima reconectaron las líneas de electricidad de la planta a los seis reactores en el complejo, un paso fundamental hacia la restauración de los sistemas de refrigeración que impiden que las varillas de combustible nuclear se recalienten y emitan radiación.
Sin embargo, no está claro en qué situación se encuentran las bombas usadas para impedir que las varillas de combustible nuclear se recalienten o cuán rápido pueden ser reparadas o reemplazadas.
Contaminación marítima
Japón ha ordenado mayores inspecciones de la vida marina y el agua del mar después de detectar elevados niveles de radiación en aguas del Pacífico adyacentes a la planta nuclear dañada por el tsunami.
El gobierno japonés informó de que los niveles de yodo radioactivo en muestras de agua del mar, cerca de la planta nuclear de Fukushima, eran 80 veces más altos que lo normal. Sin embargo, funcionarios dijeron que la elevada radioactividad no significa un riesgo para la salud humana aun si consumen mariscos contaminados durante un año.
El humo blanco continuaba saliendo de dos de los reactores aunque se cree que podría ser vapor, lo cual no constituiría una amenaza para los trabajadores.
La agencia Associated Press citó a un funcionario que opina que el vapor puede proceder de un estanque de enfriamiento donde el agua que cubre las varillas de combustible usado está en riesgo de evaporarse.
Los equipos de bomberos continúan arrojando agua a uno de los edificios de los reactores donde el techo fue destruido por una explosión anterior.
La maltrecha economía japonesa mostró un repunte después de que los inversionistas reaccionaran positivamente a la perspectiva de que se impida una catástrofe, lo que llevó al índice Nikkei a aumentar más del 4% durante el día.
Sin embargo, queda un largo camino para la reconstrucción. Con más de 21.000 personas muertas o desaparecidas y más de 300.000 viviendo en refugios improvisados, el Banco Mundial ha estimado que el costo del desastre en Japón es de 235.000 millones de dólares, más del doble de los daños causados por el terremoto de Kobe, en 1995.