Tres compañías de energía solar de Estados Unidos se declararon en bancarrota tras no lograr multiplicar sus dividendos en un mercado que todavía se resiste al cambio.
La más reciente fue la firma Solyndra, que el presidente de EE.UU. Barack Obama calificó como un “testamento de ingenio y dinamismo estadounidense”.
El fracaso financiero de las tres empresas dejó a China como la nación dominante en la industria solar del mundo con casi el 60 por ciento de capacidad de la producción global.
Según analistas, los productores chinos de energía solar han usado préstamos a bajo costo de bancos estatales y otros subsidios para reducir los precios que cobran las compañías en otros países.
En noviembre de 2009, Solyndra, una firma productora de paneles solares, en California, aseguró la garantía de un préstamo por $535 millones de dólares del gobierno de Estados Unidos para expandir sus operaciones.
Sin embargo, ni siquiera con el impulso ofrecido por el gobierno federal y el llamado del presidente Obama a buscar alternativas renovables este rubro ha podido salir adelante.
Todavía son muy pocos los estadounidenses interesados en cambiar la tradicional fuente de energía por fuentes solares.
