La isla italiana de Lampedusa está conociendo otra de las caras del cambio en oriente medio: la inmigración. Desde el primero de enero han arribado a esta isla más de 18.500 inmigrantes con la casa a cuestas. Después de un mes de desembarcos, los pescadores y residentes de la isla bloquearon su puerto con barcos tratando de impedir el arribo de refugiados del Norte de África.
Más de 15.000 inmigrantes, incluyendo un gran número de tunecinos, han huido a Lampedusa, desde que en enero comenzaran los enfrentamientos con el gobierno tunecino hasta su colapso.
Ante la impotencia, los 5.000 habitantes de Lampedusa han acusado al gobierno italiano de no impedir el flujo de inmigrantes que ha desembocado en una situación de urgencia humanitaria, ante el hacinamiento de 3.500 de ellos en los muelles de la ciudad.
Las autoridades italianas anunciaron planes de enviar barcos de transporte de la Armada a Lampedusa para trasladar a miles de refugiados a otros centros de detención en Italia.
La recepción prevista para inmigrantes libios se ha visto desbordada por los centenares de tunecinos que también ansiaban huir.
