El Departamento de Estado advirtió a sus ciudadanos de la alta amenaza a la seguridad que atraviesa Yemen y ordenó a su personal no esencial que abandonara el país.
Las familias de los empleados de gobierno y cierto personal no esencial deberá dejar el país ante la inminente gravedad de la situación en la capital, Sana, donde la sección Consular sólo será capaz de proporcionar servicios de emergencia ciudadano estadounidense, señala el Departamento de Estado.
“Las protestas a gran escala en las principales ciudades y los enfrentamientos violentos que tienen lugar en Sana puede escalar sin previo aviso. Incluso las manifestaciones destinadas a ser pacíficas pueden a su vez terminar en confrontación y una escalada en la violencia”, señala el comunicado.
Los combates continúan en todo el país, causando decenas de muertos que piden por la salida del presidente Ali Abdullah Saleh.
Al menos 28 personas murieron en el día de ayer durante una explosión, informó el Ministerio de Defensa.
El fiscal general yemení dijo que la sede de la cadena de televisión de la oposición había sido "destruida", según informa la agencia Reuters.