El gobierno de Arabia Saudita retiró a su embajador en Siria cuando la comunidad internacional aumenta la presión al gobierno de Bashar al-Assad para que ponga fin a su represión a los manifestantes de la oposición.
El rey saudita Abdullah emitió una declaración, este lunes 8 de agosto de 2011, exhortando a Siria a que ponga fin al derramamiento de sangre. Indicó que la situación no está de acuerdo con la religión, los valores o la ética.
El mensaje del rey saudita siguió a similares declaraciones de la Liga Árabe y del Consejo de Cooperación del Golfo, que está compuesto por seis estados árabes, incluyendo Arabia Saudita. Hasta ahora los líderes árabes habían permanecido en silencio sobre el asunto.
Mientras tanto, activistas sirios y residentes dicen que el fuego de artillería se reanudó este lunes en la ciudad oriental de Deir el-Zour, donde fuerzas de seguridad respaldadas por vehículos armados iniciaron el asalto durante el fin de semana. Grupos de derechos humanos dicen que por lo menos 42 personas murieron en la ciudad a causa de los ataques.
Activistas dicen que tropas sirias también atacaron Maaret al-Numan, en la norteña provincia de Idlib, este lunes, y que impiden que los residentes entren o salgan de la ciudad.
El presidente Bashar al-Assad defendió su violenta represión, indicando que es un deber nacional hacer frente a lo que llamó “ilegales” que cortaron las carreteras y aterrorizan a la gente. Al hablar durante conversaciones con el visitante canciller libanés, al-Assad también dijo que Siria está en el camino de la reforma.