El embajador británico en ejercicio ante las Naciones Unidas (ONU), Philip Parham, dijo que Siria está llevando a cabo una ofensiva contra su pueblo, a la que definió como brutal e injustificada. Sin embargo, rápidamente Siria rechazó sus comentarios.
Parham habló con los periodistas en nombre de cuatro países europeos en el Consejo de Seguridad después que el órgano fuera informado sobre la situación en Siria por el secretario general asistente de la ONU, Oscar Fernández-Taranco.
“Unos 2.000 civiles han sido muertos, la vasta mayoría de ellos estaban desarmmados. Unos 3.000 civiles han sido desplazados por la fuerza. Unos 13.000 permanecen detenidos. Decenas de miles han huido de sus casas y sus tierras en el norte de Siria ante la ofensiva”, dijo el embajador Perham.
El diplomático británico advirtió que el Consejo de Seguridad considerará más formas de presionar a Siria si no pone fin a su represión a los manifestantes opositores. El Consejo de Sseguridad había expresado una energica condena a Siria durante la primera semana de agosto de 2011.
Sin embargo, el embajador sirio ante la ONU, Bashar Ja´afari, calificó los comentarios de Parham inexactos y engañosos. “Trataron de manipular la verdad y ocultar importantes hechos y elementos relacionados a la llamada situación en Siria. Deliberadamente condenaron e ignoraron muy importantes pasos tomados por el gobierno sirio. Deliberadamente ignoraron y evitaron hacer referencia a muy importante y positivo progreso que se ha logrado en mi país”.
Por su parte, el presidente de Siria, Bashar al-Assad, enfrenta una creciente condena internacional por su represión a los disidentes, pero el mandatario ha defendido las acciones de su gobienro, indicando que es un deber nacional hacer frente a lo que llamó “ilegales” que bloquean carreteras y “aterrorizan” al pueblo.