La cruenta represión gubernamental en Siria continúa a medida que el Ejército toma nuevas posiciones en la ciudad rebelde de Hama, a 200 kilómetros de la capital, después de que el lunes matara a 24 opositores en todo el país.
La mayoría de las muertes la víspera ocurrieron en Hama, según la organización Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, y coincidieron con el inicio del mes sagrado islámico del Ramadán.
El domingo, víspera del inicio de la celebración musulmana, la represión gubernamental ocasionó al menos 140 muertes en todo el país. Ignorando las condenas internacionales, el presidente Assad felicitó a los militares tras el sangriento incidente, al conmemorarse ese día el 66 aniversario de la creación de las Fuerzas Armadas.
ONU condenó represión en Siria
La gravedad de la situación en Siria hizo que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas fuera convocado a reunirse de urgencia el lunes 1 de agosto para condenar la sangrienta represión de las protestas populares en ese país.
Varios gobiernos europeos demandaron la acción de la ONU. La jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton, declaró que era hora ya “de que el Consejo de Seguridad tome una posición clara sobre la necesidad de poner fin a la violencia", y anunció un reforzamiento de las sanciones contra el régimen de Damasco.
Las nuevas medidas contra el gobierno del presidente Bashar Assad incluyen el congelamiento de activos la prohibición de viajar a otros cinco funcionarios del régimen. Cuatro instituciones gubernamentales también figuran en la lista de los sancionados.
Desde que se iniciaron las revueltas contra el gobierno el pasado 15 de marzo, organismos no gubernamentales estiman en más de 1.600 los civiles muertos víctimas de la represión.