El presidente sirio, Bashar al Assad, dijo que permitirá un sistema político con varios partidos, el día después que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó su reacción a las protestas en el país.
Al Assad autorizó que otros partidos que no sean el Ba'ath, partido de su familia que ha liderado el país durante varias décadas, estarían permitidos.
Aún así, grupos de derechos humanos dicen que por lo menos cuatro personas más han sido asesinadas mientras las tropas tratan de eliminar las protestas.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenó el pasado miércoles, 3 de agosto (2011), al régimen sirio por la brutalidad con que han sido reprimidas las protestas civiles que piden el fin del gobierno del presidente Bashar al-Assad.
El ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Alain Juppe, defendió las Naciones Unidas diciendo que fue un paso importante en contra de la violencia en el país, ya que fue la primera vez que se había condenado la violencia en Siria de una manera clara.
Luego de semanas de deliberaciones y de desacuerdos entre los 15 países miembros del Consejo, la declaración se manifiesta contra "las violaciones generalizadas de los derechos humanos y el uso de la fuerza contra los civiles por parte de las autoridades sirias".
El presidente de turno del organismo, el embajador de la India, Hardeep Singh Puri, leyó el documento que pide "el cese inmediato de toda la violencia" e insta "a todas las partes a que actúen con la máxima moderación".
La única voz discordante dentro del Consejo fue la del representante de El Líbano, miembro no permanente, quien declaró que su país, un tradicional aliado de Damasco, se desvincula de la declaración, aunque dijo lamentar “profundamente la muerte de inocentes” en Siria.
Se trata de la primera acción del Consejo respecto a la represión en Siria después de que Rusia y China amenazaron con vetar cualquier resolución formal sobre el asunto.
El documento lamenta “la falta de progresos” en cuanto a los “compromisos de reformas anunciados por las autoridades sirias” y subraya que “los responsables de la violencia deberán rendir cuentas” de sus actos.
El máximo órgano de la ONU destacó que "la única solución a la actual crisis en Siria es un proceso político interno sin exclusiones con el objetivo de responder efectivamente a las aspiraciones legítimas y las preocupaciones de la población".
También demandó al gobierno sirio “aliviar la situación humanitaria en las zonas en crisis deteniendo el uso de la fuerza contra las ciudades afectadas y permitiendo el acceso rápido y sin trabas de las agencias y los trabajadores humanitarios internacionales".
Centenares de tanques del ejército sirio volvieron a atacar a manifestantes este miércoles en varias ciudades del país, escenarios de sangrientas protestas antigubernamentales, y la situación se tornó particularmente crítica en Hama.
La ciudad rebelde de Hama, a unos 200 kilómetros al norte de Damasco, ha sido en las últimas semanas escenario de incesantes manifestaciones populares violentamente reprimidas por el ejército y las fuerzas de seguridad, que el pasado domingo lanzaron una vasta ofensiva en la que ya han muerto más de un centenar de manifestantes.