Los ataques de Obama contra Romney se enfocan en dos temas: primero, el historial de Mitt Romney como hombre de negocios y cabeza de la empresa Bain Capital, y segundo, la publicación de sus declaraciones de impuestos.
La “bain-a” en que se encuentra Romney
De acuerdo a libro de jugadas de Mitt Romney, las cosas no deberían estar como están. La estrategia de Romney para la campaña presidencial 2012 era bastante sencilla: hacer de la elección un referéndum sobre la presidencia de Obama, especialmente sobre su historial en la economía. Todavía puede suceder, pero en algún punto en el camino en las semanas recientes la campaña de Romney se salió del plan y ahora está a la defensiva luego de una andanada de ataques en la televisión de parte del campo de Obama.
Los ataques de Obama contra Romney se enfocan en dos temas: primero, el historial de Mitt Romney como hombre de negocios y cabeza de la empresa Bain Capital en los años antes de que fuera electo gobernador de Massachusetts en 2002. Y segundo, el tema de la declaración de impuestos y de por qué no va a dar a conocer más declaraciones a parte de las de los dos años que había prometido. Las declaraciones del 2010 ya han sido dadas a conocer y esperan hacer lo mismo con las de este año en algún momento en las próximas semanas siguientes.
Definiendo a Romney
Sobre el historial de Romney como hombre de negocios, la campaña de Obama ha copiado una página de la campaña de re-elección de 2004 de George W. Bush, y eso es para definir al oponente ante el público antes de que él o ella tenga la oportunidad de hacerlo por sí mismo. Esto rindió buenos frutos para el esfuerzo de reelección de Bush en 2004 cuando los anuncios sobre el llamado ataque de “bote rápido” se tiraron contra el supuesto fuerte del candidato demócrata John Kerry, su servicio en la fuerza naval durante los años de Vietnam. Los anuncios comenzaron a pasarse meses antes de la elección y cuestionaban el historial de Kerry durante la guerra, al punto que le permitió a la campaña de Bush convertir el carácter y la confianza en Kerry en un tema importante para la elección en noviembre.
La campaña de Obama ahora ataca a Romney en lo que supuestamente es su gran fortaleza, su récord como hombre de negocios y como jefe del Bain Capital, una firma de valores que él fundó a mediados de los años 80, que tuvo gran éxito y que generó grandes dividendos a sus inversionistas. Parte de la crítica de Obama es que algunas de las compañías de Bain compraron y vendieron empresas, algunas exportaron puestos de trabajo al extranjero, y otras, terminaron en la bancarrota. Romney ha asegurado que durante su dirección, Bain creó más trabajos que los que se perdieron.
Romney dice que su papel en esa empresa cambió en 1999 luego que fue designado para manejar los Juegos Olímpicos de Invierno 2002 en Salt Lake City, Utah y que no tuvo un papel preponderante en Bain después de febrero de 1999.
Pero las declaraciones juradas ante la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos indican que Romney aún aparecía listado en los documentos oficiales como director ejecutivo de Bain, presidente, “persona a cargo” y “accionista único”. La campaña de Obama se ha hecho valer de las discrepancias y han puesto a Romney a la defensiva, incluyendo en los programas políticos de televisión que pasan el domingo. Un impacto inmediato de todo esto es que le impide a la campaña de Romney enfocarse en lo que quieren, lo cual es el récord del presidente Obama en la economía. La campaña de Romney intenta ahora salirse de la discusión sobre Bain y lo seguirá intentando en las siguientes semanas.
El cometa del colector de impuestos
El otro tema es el ataque contra la negativa de Romney a publicar sus declaraciones de impuestos sobre sus ganancias de otros años pasados. Ha publicado las de 2010 y las del 2011 deberían darse a conocer dentro de un mes o algo así. Pero hasta ahora Romney se está agarrando a su posición de que no tiene que dar a conocer más información que eso, añadiendo en una entrevista que no quiere dar a sus contrincantes material de “investigación”.
Bueno, en este momento el tema beneficia al presidente. Tanto que algunos prominentes críticos conservadores y el gobernador republicano de Alabama, Robert Bentley, están urgiendo a Romney que de a conocer sus declaraciones de impuestos para ponerle fin al tema.
Lo que es sorprendente de esto es que algunos de los que hablan en el lado republicano han dicho creer que los de Romney no sacan las declaraciones porque él tiene algo escondido. No dicen qué podría ser eso y la campaña de Romney se mueve para rechazar esa idea, diciendo que no tiene obligación de sacar nada, más allá de los dos años a los que ha accedido mostrar.
Pero la expectativa aquí es que la presión republicana sobre Romney para que dé a conocer más récords sólo va a ir en aumento y la campaña de Obama va a tratar de explotarla como una manera de mantener el enfoque en el historial y la riqueza de Romney, y no en el récord del presidente sobre la economía.
Los demócratas creen que una manera en que el presidente puede ganar la elección este año es hacer que la elección sea entre dos candidatos distintos, y no simplemente un referéndum sobre el período de Obama.
Los estrategas demócratas saben que sería demasiado fácil para muchos votantes indecisos simplemente votar en contra del presidente si se fijan cómo está la economía y qué fue lo que Obama prometió que haría cuando tomó el poder. Así que tienen pocas alternativas a parte de atacar el punto fuerte de Romney, de que es un hombre de negocios con experiencia que tiene las soluciones más inteligentes para arreglar la economía y devolver los puestos de trabajo.
Algunos republicanos están alarmados del éxito que los demócratas han tenido recientemente al poner a la campaña de Romney a la defensiva. Pero también advierte que la elección todavía tiene meses por delante y que Romney y sus aliados tienen decenas de millones de dólares para gastar y atacar al presidente y su récord en la economía.
Pero los republicanos recuerdan bien las lecciones de la campaña del 2004 cuando los aliados de Bush se fueron en contra de John Kerry con los anuncios del “bote rápido” y Kerry parecía desinteresado al principio, confiado de que nadie tomaría seriamente esos ataques. Bien, esos ataques sí ayudaron a socavar a Kerry hasta cierto punto y lo convirtieron en una alternativa no digerible para los ojos de algunos de los votantes pendulares, quienes por lo menos habían pensado votar por los demócratas en el 2004.
Y ahora los demócratas esperan dar a los republicanos de su propia medicina este año, aunque muchos analistas advierten que es demasiado temprano para saber si los ataque sobre la firma Bain y sobre las declaraciones de impuestos serán o no efectivas.
De acuerdo a libro de jugadas de Mitt Romney, las cosas no deberían estar como están. La estrategia de Romney para la campaña presidencial 2012 era bastante sencilla: hacer de la elección un referéndum sobre la presidencia de Obama, especialmente sobre su historial en la economía. Todavía puede suceder, pero en algún punto en el camino en las semanas recientes la campaña de Romney se salió del plan y ahora está a la defensiva luego de una andanada de ataques en la televisión de parte del campo de Obama.
Los ataques de Obama contra Romney se enfocan en dos temas: primero, el historial de Mitt Romney como hombre de negocios y cabeza de la empresa Bain Capital en los años antes de que fuera electo gobernador de Massachusetts en 2002. Y segundo, el tema de la declaración de impuestos y de por qué no va a dar a conocer más declaraciones a parte de las de los dos años que había prometido. Las declaraciones del 2010 ya han sido dadas a conocer y esperan hacer lo mismo con las de este año en algún momento en las próximas semanas siguientes.
Definiendo a Romney
Sobre el historial de Romney como hombre de negocios, la campaña de Obama ha copiado una página de la campaña de re-elección de 2004 de George W. Bush, y eso es para definir al oponente ante el público antes de que él o ella tenga la oportunidad de hacerlo por sí mismo. Esto rindió buenos frutos para el esfuerzo de reelección de Bush en 2004 cuando los anuncios sobre el llamado ataque de “bote rápido” se tiraron contra el supuesto fuerte del candidato demócrata John Kerry, su servicio en la fuerza naval durante los años de Vietnam. Los anuncios comenzaron a pasarse meses antes de la elección y cuestionaban el historial de Kerry durante la guerra, al punto que le permitió a la campaña de Bush convertir el carácter y la confianza en Kerry en un tema importante para la elección en noviembre.
La campaña de Obama ahora ataca a Romney en lo que supuestamente es su gran fortaleza, su récord como hombre de negocios y como jefe del Bain Capital, una firma de valores que él fundó a mediados de los años 80, que tuvo gran éxito y que generó grandes dividendos a sus inversionistas. Parte de la crítica de Obama es que algunas de las compañías de Bain compraron y vendieron empresas, algunas exportaron puestos de trabajo al extranjero, y otras, terminaron en la bancarrota. Romney ha asegurado que durante su dirección, Bain creó más trabajos que los que se perdieron.
Romney dice que su papel en esa empresa cambió en 1999 luego que fue designado para manejar los Juegos Olímpicos de Invierno 2002 en Salt Lake City, Utah y que no tuvo un papel preponderante en Bain después de febrero de 1999.
Pero las declaraciones juradas ante la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos indican que Romney aún aparecía listado en los documentos oficiales como director ejecutivo de Bain, presidente, “persona a cargo” y “accionista único”. La campaña de Obama se ha hecho valer de las discrepancias y han puesto a Romney a la defensiva, incluyendo en los programas políticos de televisión que pasan el domingo. Un impacto inmediato de todo esto es que le impide a la campaña de Romney enfocarse en lo que quieren, lo cual es el récord del presidente Obama en la economía. La campaña de Romney intenta ahora salirse de la discusión sobre Bain y lo seguirá intentando en las siguientes semanas.
El cometa del colector de impuestos
El otro tema es el ataque contra la negativa de Romney a publicar sus declaraciones de impuestos sobre sus ganancias de otros años pasados. Ha publicado las de 2010 y las del 2011 deberían darse a conocer dentro de un mes o algo así. Pero hasta ahora Romney se está agarrando a su posición de que no tiene que dar a conocer más información que eso, añadiendo en una entrevista que no quiere dar a sus contrincantes material de “investigación”.
Bueno, en este momento el tema beneficia al presidente. Tanto que algunos prominentes críticos conservadores y el gobernador republicano de Alabama, Robert Bentley, están urgiendo a Romney que de a conocer sus declaraciones de impuestos para ponerle fin al tema.
Lo que es sorprendente de esto es que algunos de los que hablan en el lado republicano han dicho creer que los de Romney no sacan las declaraciones porque él tiene algo escondido. No dicen qué podría ser eso y la campaña de Romney se mueve para rechazar esa idea, diciendo que no tiene obligación de sacar nada, más allá de los dos años a los que ha accedido mostrar.
Pero la expectativa aquí es que la presión republicana sobre Romney para que dé a conocer más récords sólo va a ir en aumento y la campaña de Obama va a tratar de explotarla como una manera de mantener el enfoque en el historial y la riqueza de Romney, y no en el récord del presidente sobre la economía.
Los demócratas creen que una manera en que el presidente puede ganar la elección este año es hacer que la elección sea entre dos candidatos distintos, y no simplemente un referéndum sobre el período de Obama.
Los estrategas demócratas saben que sería demasiado fácil para muchos votantes indecisos simplemente votar en contra del presidente si se fijan cómo está la economía y qué fue lo que Obama prometió que haría cuando tomó el poder. Así que tienen pocas alternativas a parte de atacar el punto fuerte de Romney, de que es un hombre de negocios con experiencia que tiene las soluciones más inteligentes para arreglar la economía y devolver los puestos de trabajo.
Algunos republicanos están alarmados del éxito que los demócratas han tenido recientemente al poner a la campaña de Romney a la defensiva. Pero también advierte que la elección todavía tiene meses por delante y que Romney y sus aliados tienen decenas de millones de dólares para gastar y atacar al presidente y su récord en la economía.
Pero los republicanos recuerdan bien las lecciones de la campaña del 2004 cuando los aliados de Bush se fueron en contra de John Kerry con los anuncios del “bote rápido” y Kerry parecía desinteresado al principio, confiado de que nadie tomaría seriamente esos ataques. Bien, esos ataques sí ayudaron a socavar a Kerry hasta cierto punto y lo convirtieron en una alternativa no digerible para los ojos de algunos de los votantes pendulares, quienes por lo menos habían pensado votar por los demócratas en el 2004.
Y ahora los demócratas esperan dar a los republicanos de su propia medicina este año, aunque muchos analistas advierten que es demasiado temprano para saber si los ataque sobre la firma Bain y sobre las declaraciones de impuestos serán o no efectivas.