La visita del virtual candidato republicano al Reino Unido, Israel y Polonia tiene por objetivo mostrarse capaz como líder internacional.
Elevando su perfil y buscando votos
A primera vista, el itinerario de Mitt Romney en el exterior –Reino Unido, Israel y Polonia– suena como una gira para la gente que anda en búsqueda de antigüedades religiosas. Pero en realidad Romney está buscando algo más: credibilidad y votos.
Éste es el viaje inaugural de Romney en el escenario internacional como candidato presidencial y él espera que las reuniones que tuvo en Londres con el primer ministro británico David Cameron y el ex primer ministro Tony Blair le ayuden a defender la idea de que está listo para tener el rol de un líder mundial si gana la presidencia en noviembre.
La asistencia de Romney a los Juegos Olímpicos de Verano en Londres es también una forma agradable de recordarles a los votantes estadounidenses del rol crucial que desempeñó en los Juegos Olímpicos de Invierno en Utah, en 2002, una parte de su biografía que a menudo es eclipsada por su carrera en los negocios y su rol como gobernador de Massachusetts.
Pero Romney se apartó hacia un áspero inicio en Londres. Le dijo a NBC News que los problemas con el personal de seguridad para los Juegos Olímpicos eran “desconcertantes”. Eso trajo una réplica apenas velada del primer ministro Cameron, quien comparó los desafíos de albergar los Juegos Olímpicos en una ciudad bulliciosa ciudad como Londres a organizarlos “en el medio de la nada”, lo cual la mayoría de la gente interpretó como una referencia al trabajo de Romney en los Juegos de Invierno en Salt Lake hace 10 años.
Además Romney apareció a la defensiva luego de publicada una historia del diario londinense Daily Telegraph, en donde un asesor no identificado del virtual candidato fue citado diciendo que el presidente Barack Obama no apreciaba completamente la herencia anglosajona compartida entre Estados Unidos y el Reino Unido. Romney dijo que él no estaba de acuerdo con “quien quiera que haya sido ese asesor”. El vicepresidente Joe Biden añadió que lo dicho por el asesor de Romney fue un “alarmante comienzo” para el viaje del republicano.
Israel, una parada clave
Romney ha prometido que no criticará al presidente Obama o sus políticas internacionales, siguiendo una larga tradición de los candidatos presidenciales de mantenerse apartados de la política mientras están en el extranjero. Pero la visita de Romney a Israel claramente tiene la intención de remarcar una gran diferencia con el presidente Obama sobre la naturaleza de las relaciones de Estados Unidos con el Estado judío.
En un discurso reciente de Romney en la convención de Veteranos de Guerras en el Exterior, en Nevada, el presunto nominado presidencial del Partido Republicano se refirió a lo que él llamó “el mezquino trato a uno de nuestros selectos amigos” por parte de la administración de Obama. No es un secreto que ha habido tensiones entre el presidente y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en varios asuntos.
Ronmey y sus antiguos rivales a la nominación republicana frecuentemente han criticado a Obama en debates durante las elecciones primarias acerca de cómo Estados Unidos no ha dado el apoyo suficiente a Israel, especialmente en relación a las aspiraciones nucleares de Irán. Romney se reunirá con Netanyahu y otras autoridades israelíes en Jerusalén, así como el primer ministro de la autoridad palestina Salam Fayyad.
Entre aquéllos que se unirán a Romney en Israel durante su visita habrá un grupo de personas que recaudan fondos y adherentes de Estados Unidos, incluyendo al magnate de casinos de Las Vegas, Sheldon Adelson. Él fue un gran adherente del ex portavoz de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Newt Gingrich, en las primarias republicanas, pero rápidamente comenzó a apoyar a Romney una vez que ganó la nominación republicana. Adelson es un gran defensor de los lazos cercanos entre Estados Unidos e Israel y ha prometido invertir más de 100 millones de dólares en ayudar a derrotar al presidente Obama en noviembre.
Los republicanos esperan que la parada de Romney en Israel ayude con dos sectores de votantes potenciales en Estados Unidos: los judío-estadounidenses molestos por las tensas relaciones entre el presidente Obama y el primer ministro Netanyahu, y los votantes cristianos evangélicos que siempre han tenido lealtad hacia Israel como un componente clave de la política exterior de Estados Unidos.
Debe señalarse que los votantes judíos históricamente han apoyado a los candidatos presidenciales demócratas. Una abrumadora mayoría de ellos apoyó a Barack Obama en 2008 y recientes encuestas de nuevo dan al presidente el liderazgo sobre Romney entre los votantes judíos este año. Pero Adelson y otros esperan persuadirlos en ciertos estados como Ohio, Florida y Pensilvania para que voten por Romney este año basados en la noción de que él sería un mejor amigo para Israel que lo que ha sido Obama.
Romney ha prometido que su primera visita al exterior será a Israel en caso de ser elegido presidente, mostrando así como contraste que el presidente Obama no ha visitado Israel desde que está en la Casa Blanca.
Última parada: Polonia
La última parada de Romney en Polonia le da una oportunidad de enfocarse en otra gran diferencia con la administración de Obama: la relación entre Estados Unidos y Rusia. Romney se ha referido a Rusia como el “enemigo geopolítico número uno” de los Estados Unidos y ha prometido reajustar las relaciones con el Kremlin si gana en noviembre. Una parte central de la crítica de Romney a Obama en materia de política exterior es que la actual administración ha sido demasiado suave con Irán, Rusia y China y muy dura con Israel.
Mientras esté en Polonia, Romney se reunirá con el ex presidente Lech Walesa, quien todavía es un héroe para millones de estadounidenses, especialmente para aquéllos que son descendientes de personas de Europa del este. El foco de Romney en la Polonia más católica sumado a una reunión temprana en el Reino Unido con el primer ministro irlandés Enda Kenny podría tener atractivo para la enorme población católica en Estados Unidos, un segmento donde el apoyo a Obama se ha erosionado un poco desde la elección hace cuatro años. Muchos votantes católicos descendientes de Europa del Este están ubicados en estados claves de la batalla electoral, como Ohio, Pensilvania y Wisconsin, estados que llevarán el equilibrio de la elección a un lado o al otro en noviembre.
Por supuesto, uno de los principales objetivos de Romney es presentarse a sí mismo tanto en casa como en el extranjero como un posible presidente, comandante en jefe y líder mundial. El candidato Barack Obama hizo una gira mundial en 2008, poco después de que ganó la nominación presidencial del Partido Demócrata.
El entonces senador Obama hizo paradas en Afganistán, Irak, Jordania, Israel, Alemania, Francia y el Reino Unido. Uno de los puntos fuertes fue el discurso de Obama ante aproximadamente 200 mil alemanes en Berlín, con un sentido internacionalizado de su campaña presidencial. Los republicanos usaron esa imagen en una propaganda de ataque durante la campaña de 2008, como parte de un esfuerzo por describir a Obama más como una celebridad internacional que como un candidato presidencial serio.
Fue importante para el entonces senador Obama visitar Afganistán e Irak cuatro años atrás, porque tenía muy poca experiencia en política exterior y seguridad nacional y el viaje lo ayudó a elevar ese perfil como un potencial comandante en jefe entre los votantes. Irónicamente, cuatro años después la política exterior es una fortaleza clave de Obama. Las encuestas de opinión pública muestran al presidente con una clara ventaja en el manejo de los asuntos de política exterior, sin duda en gran parte a causa del exitoso asalto que mató al líder de Al Qaeda Osama bin Laden.
Ronmey tiene poca experiencia en política exterior, a pesar de que vivió en Francia mientras servía como misionario de la iglesia mormona en los años 60.
El objetivo de Romney aquí es ser al menos competitivo con el presidente en ser capaz de manejar la política exterior y el ejército. No tiene que presentar el argumento de que él será mejor que el presidente, sólo que será aceptable.
Una vez que su viaje termine, Romney volverá al mensaje central de su campaña presidencial, que es convencer a los votantes de que la elección de este año será simplemente un referéndum sobre el manejo de la economía por parte de Obama. Las encuestas muestran que si Romney tiene éxito en enmarcar de esta manera la decisión de noviembre, ganará.
De cualquier forma, hablando del servicio militar, ésta será la primera elección presidencial desde 1944 en que ninguno de los candidatos de los dos grandes partidos ha servido previamente en las fuerzas armadas de Estados Unidos. En la campaña de 1944 estuvo Franklin Roosvelt, que sufrió de poliomielitis cuando eran joven, y el gobernador republicano de Nueva York, Tom Dewey. Roosevelt ganó fácilmente la reelección para un período de cuatro años, pero murió en abril.
A primera vista, el itinerario de Mitt Romney en el exterior –Reino Unido, Israel y Polonia– suena como una gira para la gente que anda en búsqueda de antigüedades religiosas. Pero en realidad Romney está buscando algo más: credibilidad y votos.
Éste es el viaje inaugural de Romney en el escenario internacional como candidato presidencial y él espera que las reuniones que tuvo en Londres con el primer ministro británico David Cameron y el ex primer ministro Tony Blair le ayuden a defender la idea de que está listo para tener el rol de un líder mundial si gana la presidencia en noviembre.
La asistencia de Romney a los Juegos Olímpicos de Verano en Londres es también una forma agradable de recordarles a los votantes estadounidenses del rol crucial que desempeñó en los Juegos Olímpicos de Invierno en Utah, en 2002, una parte de su biografía que a menudo es eclipsada por su carrera en los negocios y su rol como gobernador de Massachusetts.
Pero Romney se apartó hacia un áspero inicio en Londres. Le dijo a NBC News que los problemas con el personal de seguridad para los Juegos Olímpicos eran “desconcertantes”. Eso trajo una réplica apenas velada del primer ministro Cameron, quien comparó los desafíos de albergar los Juegos Olímpicos en una ciudad bulliciosa ciudad como Londres a organizarlos “en el medio de la nada”, lo cual la mayoría de la gente interpretó como una referencia al trabajo de Romney en los Juegos de Invierno en Salt Lake hace 10 años.
Además Romney apareció a la defensiva luego de publicada una historia del diario londinense Daily Telegraph, en donde un asesor no identificado del virtual candidato fue citado diciendo que el presidente Barack Obama no apreciaba completamente la herencia anglosajona compartida entre Estados Unidos y el Reino Unido. Romney dijo que él no estaba de acuerdo con “quien quiera que haya sido ese asesor”. El vicepresidente Joe Biden añadió que lo dicho por el asesor de Romney fue un “alarmante comienzo” para el viaje del republicano.
Israel, una parada clave
Romney ha prometido que no criticará al presidente Obama o sus políticas internacionales, siguiendo una larga tradición de los candidatos presidenciales de mantenerse apartados de la política mientras están en el extranjero. Pero la visita de Romney a Israel claramente tiene la intención de remarcar una gran diferencia con el presidente Obama sobre la naturaleza de las relaciones de Estados Unidos con el Estado judío.
En un discurso reciente de Romney en la convención de Veteranos de Guerras en el Exterior, en Nevada, el presunto nominado presidencial del Partido Republicano se refirió a lo que él llamó “el mezquino trato a uno de nuestros selectos amigos” por parte de la administración de Obama. No es un secreto que ha habido tensiones entre el presidente y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en varios asuntos.
Ronmey y sus antiguos rivales a la nominación republicana frecuentemente han criticado a Obama en debates durante las elecciones primarias acerca de cómo Estados Unidos no ha dado el apoyo suficiente a Israel, especialmente en relación a las aspiraciones nucleares de Irán. Romney se reunirá con Netanyahu y otras autoridades israelíes en Jerusalén, así como el primer ministro de la autoridad palestina Salam Fayyad.
Entre aquéllos que se unirán a Romney en Israel durante su visita habrá un grupo de personas que recaudan fondos y adherentes de Estados Unidos, incluyendo al magnate de casinos de Las Vegas, Sheldon Adelson. Él fue un gran adherente del ex portavoz de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Newt Gingrich, en las primarias republicanas, pero rápidamente comenzó a apoyar a Romney una vez que ganó la nominación republicana. Adelson es un gran defensor de los lazos cercanos entre Estados Unidos e Israel y ha prometido invertir más de 100 millones de dólares en ayudar a derrotar al presidente Obama en noviembre.
Los republicanos esperan que la parada de Romney en Israel ayude con dos sectores de votantes potenciales en Estados Unidos: los judío-estadounidenses molestos por las tensas relaciones entre el presidente Obama y el primer ministro Netanyahu, y los votantes cristianos evangélicos que siempre han tenido lealtad hacia Israel como un componente clave de la política exterior de Estados Unidos.
Debe señalarse que los votantes judíos históricamente han apoyado a los candidatos presidenciales demócratas. Una abrumadora mayoría de ellos apoyó a Barack Obama en 2008 y recientes encuestas de nuevo dan al presidente el liderazgo sobre Romney entre los votantes judíos este año. Pero Adelson y otros esperan persuadirlos en ciertos estados como Ohio, Florida y Pensilvania para que voten por Romney este año basados en la noción de que él sería un mejor amigo para Israel que lo que ha sido Obama.
Romney ha prometido que su primera visita al exterior será a Israel en caso de ser elegido presidente, mostrando así como contraste que el presidente Obama no ha visitado Israel desde que está en la Casa Blanca.
Última parada: Polonia
La última parada de Romney en Polonia le da una oportunidad de enfocarse en otra gran diferencia con la administración de Obama: la relación entre Estados Unidos y Rusia. Romney se ha referido a Rusia como el “enemigo geopolítico número uno” de los Estados Unidos y ha prometido reajustar las relaciones con el Kremlin si gana en noviembre. Una parte central de la crítica de Romney a Obama en materia de política exterior es que la actual administración ha sido demasiado suave con Irán, Rusia y China y muy dura con Israel.
Mientras esté en Polonia, Romney se reunirá con el ex presidente Lech Walesa, quien todavía es un héroe para millones de estadounidenses, especialmente para aquéllos que son descendientes de personas de Europa del este. El foco de Romney en la Polonia más católica sumado a una reunión temprana en el Reino Unido con el primer ministro irlandés Enda Kenny podría tener atractivo para la enorme población católica en Estados Unidos, un segmento donde el apoyo a Obama se ha erosionado un poco desde la elección hace cuatro años. Muchos votantes católicos descendientes de Europa del Este están ubicados en estados claves de la batalla electoral, como Ohio, Pensilvania y Wisconsin, estados que llevarán el equilibrio de la elección a un lado o al otro en noviembre.
Por supuesto, uno de los principales objetivos de Romney es presentarse a sí mismo tanto en casa como en el extranjero como un posible presidente, comandante en jefe y líder mundial. El candidato Barack Obama hizo una gira mundial en 2008, poco después de que ganó la nominación presidencial del Partido Demócrata.
El entonces senador Obama hizo paradas en Afganistán, Irak, Jordania, Israel, Alemania, Francia y el Reino Unido. Uno de los puntos fuertes fue el discurso de Obama ante aproximadamente 200 mil alemanes en Berlín, con un sentido internacionalizado de su campaña presidencial. Los republicanos usaron esa imagen en una propaganda de ataque durante la campaña de 2008, como parte de un esfuerzo por describir a Obama más como una celebridad internacional que como un candidato presidencial serio.
Fue importante para el entonces senador Obama visitar Afganistán e Irak cuatro años atrás, porque tenía muy poca experiencia en política exterior y seguridad nacional y el viaje lo ayudó a elevar ese perfil como un potencial comandante en jefe entre los votantes. Irónicamente, cuatro años después la política exterior es una fortaleza clave de Obama. Las encuestas de opinión pública muestran al presidente con una clara ventaja en el manejo de los asuntos de política exterior, sin duda en gran parte a causa del exitoso asalto que mató al líder de Al Qaeda Osama bin Laden.
Ronmey tiene poca experiencia en política exterior, a pesar de que vivió en Francia mientras servía como misionario de la iglesia mormona en los años 60.
El objetivo de Romney aquí es ser al menos competitivo con el presidente en ser capaz de manejar la política exterior y el ejército. No tiene que presentar el argumento de que él será mejor que el presidente, sólo que será aceptable.
Una vez que su viaje termine, Romney volverá al mensaje central de su campaña presidencial, que es convencer a los votantes de que la elección de este año será simplemente un referéndum sobre el manejo de la economía por parte de Obama. Las encuestas muestran que si Romney tiene éxito en enmarcar de esta manera la decisión de noviembre, ganará.
De cualquier forma, hablando del servicio militar, ésta será la primera elección presidencial desde 1944 en que ninguno de los candidatos de los dos grandes partidos ha servido previamente en las fuerzas armadas de Estados Unidos. En la campaña de 1944 estuvo Franklin Roosvelt, que sufrió de poliomielitis cuando eran joven, y el gobernador republicano de Nueva York, Tom Dewey. Roosevelt ganó fácilmente la reelección para un período de cuatro años, pero murió en abril.