El disidente cubano Guillermo Fariñas, premio Sajarov 2010, cumple este lunes su tercer día en huelga de hambre, en demanda de que el gobierno de Cuba ponga fin a la violencia política y esclarezca las causas de la muerte del opositor pacífico Juan Wilfredo Soto García.
El activista de 46 años, miembro de la Coalición Central Opositora, murió en circunstancias misteriosas el pasado 5 de mayo tras haber sido detenido y sufrir una golpiza a manos de la policía. La versión del gobierno sostiene que Soto García falleció a causa de una pancreatitis.
Fariñas ya estuvo casi al borde de la muerte al año pasado tras una huelga de hambre que duró 135 días a raíz de la muerte en la cárcel del prisionero de conciencia cubano Orlando Zapata Tamayo, y que obligó al gobierno a iniciar un proceso de excarcelación de presos políticos con mediación de la iglesia Católica en la isla.
El premio Sajarov exige que las autoridades cubanas “encausen a los autores del asesinato de Soto” y también, “un pronunciamiento público que señale que los opositores pacíficos no van a ser golpeados en las calles”.
Otro conocido miembro de la oposición, Elizardo Sánchez, líder de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, dijo que teme por la vida de Fariñas y que intentará disuadirlo para que abandone la huelga de hambre que comenzó el viernes.
“Es muy peligroso porque ha quedado probado que este gobierno es implacable y no suele responder de manera humana ante reclamos de esta naturaleza”, señaló.
Un ex preso político, José Daniel Ferrer, difundió en La Habana un llamado a “las personas de buena voluntad, tanto en Cuba como en el mundo, a que se solidaricen” con Fariñas.
Por su parte, las Damas de Blanco, madres y esposas de ex prisioneros de conciencia, dijeron apoyar moralmente la huelga de hambre del disidente.