El ex gobernador de Nuevo Mexico, Bill Richardson, dijo que este miércoles 14 de septiembre de 2011 regresa a Estados Unidos, “decepcionado” porque no pudo conseguir que las autoridades de la isla oyeran sus ruegos.
Richardson viajó a la isla para tratar de conseguir la libertad del contratista estadounidense Alan Gross encarcelado en Cuba desde diciembre de 2009 y quien cumple una condena de 15 años por haber llevado a la comunidad hebrea cubana equipos de comunicación y teléfonos celulares.
"Me voy mañana porque no he podido visitar a Gross ni discutir su caso con el gobierno cubano. Estoy muy decepcionado", dijo Richardson en una rueda de prensa en la capital cubana.
Según el también ex embajador de EE.UU, en la ONU, la negativa de las autoridades de la isla a que pudiera entrevistarse con el contratista preso significa que “tal vez el gobierno cubano ha decidido que no quiere mejorar relaciones con Estados Unidos”.
Richardson confirmó que el pasado miércoles llegó a La Habana en visita privada porque el gobierno cubano lo invitó a “discutir el caso”.
Si embargo, precisó que una vez que estuvo allí, las autoridades de la isla le dijeron tajantemente que no podía visitarlo, y mucho menos llevarlo consigo de regreso a EE.UU.
La portavoz del Departamento de Estado Victoria Nuland dijo que EE.UU. lamenta que Richardson no haya podido visitar a Gross y que tampoco haya conseguido su liberación.
Gross, de 62 años, fue sentenciado en marzo pasado a 15 años de prisión bajo cargos de atentar “contra la independencia y la soberanía" cubanas.
Insistentemente, el Departamento de Estado ha dicho que el contratista es inocente, que su condena es injusta y ha pedido al gobierno cubano que lo deje en libertad.