El gobierno de Cuba acusó de “chantaje” al ex gobernador de Nuevo México Bill Richardson, quien viajó privadamente a La Habana para gestionar la liberación del contratista estadounidense Alan Gross, que cumple 15 años de cárcel en la isla.
La agencia de noticias AP citó a la jefa de asuntos relacionados con EE.UU. en la cancillería cubana, Josefina Vidal, diciendo que la excarcelación de Gross no estuvo nunca en la agenda contemplada durante la estancia de Richardson en La Habana.
Vidal dijo que a Richardson no se le permitió visitar al prisionero debido a las declaraciones “calumniosas” que hizo a la prensa, señaló AP.
En respuesta a versiones según las cuales el contratista estaría muy enfermo, la funcionaria cubana describió como “normal” el estado de salud de Gross y dijo que éste ha estado recibiendo atención médica.
Richardson declaró el martes a la prensa extranjera en La Habana que se iba decepcionado de Cuba tras haber estado una semana en la isla tratando de visitar a Gross, y dijo que tampoco pudo discutir la situación del contratista con el gobierno cubano.
El tambien ex embajador de EE.UU. en la ONU lamentó que se le hubiesen cerrado todas las puertas aun cuando fueron las propias autoridades cubanas las que según él lo invitaron a discutir el caso.
“Tal vez el gobierno cubano ha decidido que no quiere mejorar relaciones con Estados Unidos”, dijo Richardson.
Su visita a La Habana coincidió con el clímax de una campaña de las autoridades de la isla por conseguir la liberación de cinco espías cubanos encarcelados desde 1998 en Estados Unidos y que cumplen prisión.
Algunos medios de prensa especularon que tal vez Cuba estuviera buscando un canje de sus espías por Alan Gross, una posibilidad repetidamente descartada por las autoridades estadounidenses.