Tras un enfrentamiento que se extendió por 20 horas, fuerzas de Afganistán y de la coalición, pusieron fin en las primeras horas de la mañana de este miércoles 14 de septiembre de 2011, al ataque de combatientes del Talibán en Kabul.
En el atentado perdieron la vida 27 personas, confirmó el comandante de las fuerzas de la coalición, el general de la infantería de marina, John Allen, entre los que se encuentran efectivos de la policía afgana, civiles y los insurgentes.
Un grupo de seis milicianos armados lanzaron un ataque contra la sede de las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la embajada de Estados Unidos, la sede de la agencia de inteligencia de Afganistán y otros edificios del área donde se encuentran las embajadas en la capital afgana.
El asalto es considerado el de mayor duración desde la invasión de las tropas lideradas por Estados Unidos en el año 2001.
Los seis milicianos tomaron por asalto un edificio de catorce pisos que está en construcción en el área periférica del distrito diplomático, y que provee una visión clara desde donde disparar desde una distancia cercana, contra la embajada estadounidense y la sede de la OTAN.
El ataque coordinado también incluyó una serie de explosiones en diferentes partes del vecindario que actuaron como distracción.
Un portavoz de la coalición informó que 11 civiles afganos murieron como consecuencia del ataque y también tres niños, mientras que seis soldados de la OTAN resultaron heridos.
Tanto la alianza atlántica como la Embajada de Estados Unidos en Kabul, informaron que ningún integrante de su cuerpo de funcionarios resultó herido en el ataque.
El Talibán reclamó responsabilidad por el ataque, pero el embajador estadounidense Ryan Crocket, acusó al grupo terrorista basado en Pakistán, la red Haqqani, por el ataque coordinado en el centro de Kabul. El grupo tiene vínculos con al-Qaida y el Talibán, y en el pasado ya ha ddemostrado su capacidad de lanzar ataques sofiisticados.
Sin embargo, el embajador Crocket, desestimó la relevancia del ataque, diciendo que los insurgentes son capaces solamente de hacer lo que llamó “acoso”, disparando una media docenas de lanzagranadas desde una distancia de 800 metros de la embajada.
La policía afgana dice que los milicianos deben haber usado burqas para pasar por los puestos de control que rodean el área residencial diplomática. Según los informes, la policía encontró varios de las tradicionales que cubren todo el cuerpo dentro de un vehículo estacionado y cargado con explosivos, próximo del lugar del enfrentamiento final.
El prsidente afgano Hamid Karzai, condenó el ataque, y elogió la rápida respuesta de las autoridades afganas y dijo que este tipo de acciones no detendrán el proceso de transición de la seguridad en el país, pero instó a los afganos a comprometerse y asumir responsabilidad en los temas del país.