Aunque no negado su deseo de construir un muro en la frontera con México, se mostró indeciso sobre su plan de deportar a 11 millones de migrantes que viven en Estados Unidos sin permiso de residencia.
El cortejar a las minorías hispana y afroestadounidense, se ha vuelto de nuevo prioridad para los candidatos presidenciales. Y el impacto de la retórica que utilizan, ya está viendose claramente en las calles de Estados Unidos.
Donald Trump se ha dirigido a los afroestadounidenses en un esfuerzo por hacer que se vuelvan contra Hillary Clinton.
En acalorados mitines, los candidatos a la presidencia de Estados Unidos intentan convencer al electorado quién es la mejor opción para llegar a la Casa Blanca.
En una reunión con representantes de las minorías en Nueva York enfatizó que sigue firme en cuanto a la inmigración ilegal y que sigue vigente la construcción del muro.
Hillary Clinton dijo que lo que Donald Trump ha dicho es ridículo y que su trabajo como secretaria de Estado no fue influenciado por ninguna fuerza exterior.
“Nada de ciudadanía... como tal, no hay amnistía, pero vamos a trabajar con ellos”, afirma Trump.
Repetidamente la ha criticado por su tono de voz, afirmando que escucharla la da dolor de cabeza. En diciembre se burló de la ropa que ella viste.
El senador dijo que pedirá a sus simpatizantes que ayuden a los demócratas a recuperar la mayoría en el Senado.
Scranton Pensilvania es la pequeña ciudad en donde nació el padre de Hillary Clinton. De niña, la candidata a la presidencia pasó los veranos allí. Hoy, en medio de la campaña, busca regresar a reconectar con sus raíces.
Horas antes había hablado sobre una "suavización" en su postura contra los inmigrantes pero en Austin dedicó buena parte de su discurso para rechazar la amnistía.
La Comisión de Debates Presidenciales expresó que los candidatos deben tener el respaldo de al menos el 15 por ciento del electorado para ser incluido en los tres debates.
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