Solo horas después de insinuar una moderación en su postura contra los inmigrantes, Donald Trump se reunió con las madres de los “masacrados” por inmigrantes indocumentados y prometió perseguir a los criminales entre ellos.
“Sus hijos no murieron en vano —les dijo a esas madres del llamado "Proyecto Recuerdo" durante un mitin en Austin, la capital de Texas— porque no vamos a permitir que les pase a otros”.
Trump acusó a su rival demócrata, Hillary Clinton, de planear una “masiva amnistía” y de “abrir las compuertas de nuestras fronteras para permitir que entren todos, abrir nuestro país, dejar que nos llueva gente”.
“No sabemos nada de ellos. Va a ser una pesadilla para nuestro país tal como ha resultado ser una pesadilla absoluta para Europa. Solo pregúntenles a ellos lo que está pasando”, agregó.
Trump también apostó a que Clinton “jamás se reuniría con estas familias. Nunca escucharía sus increíbles pero tristes historias… No tiene el corazón, créanme”.
Una de las madres contó cómo su hijo, Joshua Wilkerson, fue “torturado, muerto a golpes e incinerado”.
“Si esto le pasó a mi familia, puede sucederle a las suyas. Voy a votar por el señor Trump, que va a terminar esta masacre de estadounidenses”, dijo.
El discurso sobre los inmigrantes contrastó con lo que Trump dijo a la cadena Fox unas horas antes el tema migratorio y las deportaciones masivas.
“Ciertamente puede haber una suavización porque no estoy buscando dañar a la gente”, declaró a Fox.
Trump también invitó a un grupo de agentes de la Patrulla Fronteriza, mientras trabaja en su discurso sobre inmigración que estuvo planeado para ser pronunciado el jueves, pero que fue pospuesto para la próxima semana.