El vicepresidente de Irak, Tariq al-Hashemi dijo en declaraciones a la Voz de América, que las acusaciones de que encabezó un complot para asesinar a otros funcionarios del gobierno, en realidad tienen motivaciones políticas por parte del primer ministro Nouri al Maliki, para consolidar su poder tras la retirada de las tropas de Estados Unidos.
En una entrevista con la Voz de América, Hashemi dijo este miércoles 21 de diciembre de 2011, que el primer ministro al-Maliki, controla las fuerzas de seguridad e inteligencia y no permitirá que otras autoridades electas intervengan.
El vicepresidente Hashemi abandonó Bagdad en dirección a la región semiautónoma kurda en el norte del país para escapar de la orden de arresto emitida esta semana.
El vicepresidente Hashemi, de origen Sunni, negó las acusaciones presentadas por el gobierno iraquí liderado por los chiítas y dijo que Estados Unidos ha fracasado al dejar tras de si a un estado democrático fallido, y dejando a la nación más vulnerable a las interferencias de los países vecinos.
Previamente este mismo miércoles, el primer ministro al Maliki dio una conferencia de prensa en Bagdad donde solicitó a las autoridades kurdas que entreguen al vicepresidente Hashemi.
Según dijo un portavoz del ministerio del Interior de Irak, tres guardaespaldas de Hashemi confesaron que colocaron bombas que tenían como objetivo autoridades del gobierno y de seguridad, y que lo hicieron con el apoyo de Hashemi.
Mientras tanto, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, urgió a los líderes iraquíes a resolver sus diferencias políticas. La Casa Blanca informó que Biden habló por teléfono con al Maliki y con el presidente del Consejo de Representantes, Osama al-Nujaifi.