Flores rojas frente a la foto de Mukarram Khan Aatif.
Un silencio pesado. Una profunda sensación de pesar expresada en los abrazos solidarios, palabras sentidas y la inquebrantable determinación de seguir adelante.
El breve y sentido acto en recuerdo del periodista de Radio Deewa asesinado en el noroeste de Pakistán el pasado martes 17 de enero de 2012, reunió a sus colegas, encabezados por el director, David Ensor, en el edificio central de la Voz de América (VOA) en Washington.
Por un momento, la frenética labor periodística se detuvo en el 330 de la Avenida Independencia en la capital de Estados Unidos.
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Los periodistas de la Voz de América rodearon a los colegas de Radio Deewa y de pronto, cada día de trabajo de Aatif en la conflictiva región tribal de Shabqadar -en la provincia de Khyber-Pakhtunkhwa, a 35 kilómetros de Peshawar-, fue el lugar de trabajo de todos.
Súbitamente cada amenaza recibida por Aatif y el ataque final que terminó con su vida, y del cual el Talibán se hizo responsable, reafirmó la determinación de los periodistas de la Voz de América con la misión de informar desde donde nadie más informa.
El mortal ataque contra Aatif cuando se encontraba participando de las oraciones de la tarde en la mezquita de Shabqadar, no hizo más que revalidar el compromiso con la simple misión de servir a aquellos que más dificultades tienen para acceder a la información.
Más de una vez Aatif había sido amenazado de muerte por milicianos de la región, por hacer lo que amaba, informar, servir a su comunidad pese a todo.
Más de una vez se abogó y se seguirá abogando para que los periodistas en la violenta región del noroeste de Pakistán y en cada lugar del mundo donde se producen ataques contra los profesionales de la comunicación, reciban la protección que les permita desarrollar la misión de informar.
El minuto de silencio en memoria de Aatif, honra al ser humano, al hombre de familia y al periodista.
Pero los minutos de transmisiones, de coberturas periodistas, de más información que seguirán, es la respuesta de cada periodista de la Voz de América, representando la voz de Aatif que han pretendido callar, en el camino de seguir siendo una fuente “consistente, confiable y fidedigna” de información.
Honor a Mukarram Khan Aatif.