Al menos nueve personas, incluyendo dos niños, murieron en la madrugada víctimas de un poderoso tornado y severas tormentas en los estados de Arkansas y Oklahoma, en el centro sur de Estados Unidos.
En su recorrido, el tornado dejó una senda de destrucción de más de 10 kilómetros de longitud, según el Departamento de Emergencias de Oklahoma.
La caída de un árbol sobre una casa causó la muerte de un niño de ocho años y su madre en Little Rock, dijo el portavoz local de la policía Terry Hastings. Un niño más que se encontraba en otra habitación resultó ileso, agregó.
El mal clima se debió a un complejo de tormentas que azotó desde la noche anterior las llanuras del sur y la zona entre el sur y el centro de Estados Unidos.
Debido a las tormentas, numerosas comunidades en el este de Oklahoma y en diversas partes de Arkansas quedaron sin energía eléctrica, con techos dañados y condiciones peligrosas de tránsito debido a la caída de árboles y postes con cables eléctricos en los caminos.