Robert Bales, un sargento de 38 años, nacido en Ohio y padre de dos hijos, ahora enfrenta a la justicia en Estados Unidos por, presuntamente, haber asesinado a 16 civiles afganos el pasado fin de semana.
El sospechoso fue identificado por fuentes anónimas que revelaron su identidad a diversos medios a pesar de los esfuerzos por mantener discreción frente a quién era el acusado.
Bales, fue trasladado el pasado miércoles desde Afganistán a Kuwait, donde permaneció hasta este viernes que fue embarcado con destino a la base militar Fort Leavenworth de Kansas, según dijo su abogado.
John Henry Browne, el abogado defensor dice que habló por teléfono con su cliente antes de que él viajara y afirmó estar preocupado por “el estado mental” del sargento, de 38 años, que no tiene claros algunos detalles del caso.
Por su parte, el mandatario de Afganistán, Hamid Karzai, no ocultó su molestia ante el suceso y denunció que "se trata de un acto intencionado perpetrado por soldados estadounidenses", además de exigir una respuesta clara: "queremos que nos respondan cuando les preguntamos por qué han matado a civiles y queremos que sean castigados", dijo Karzai.
El acusado sufría estrés por episodios que presenció en días anteriores
El abogado civil del soldado estadounidense acusado del asesinato de 16 civiles afganos el pasado 11 de marzo dice que su cliente posiblemente estaba sufriendo de estrés después de haber sido testigo de graves heridas recibidas por uno de sus compañeros.
Según Browne, el sargento, de 38 años, vio cuando la pierna de uno de sus colegas fue cortada por una explosión el día antes de la masacre de los 16 civiles afganos en la provincia de Kandahar.
Browne indicó que su cliente había sido herido previamente en Irak y que no deseaba ir a Afganistán.
“A él se le dijo que no iba a ser redesplegado. La familia contaba con que él no iba a ser redesplegado. A él y a su familia se les dijo que sus labores en el Medio Oriente habían terminado. Después, literalmente de la noche a la mañana, eso cambió. Entonces pienso que sería justo decir que él y su familia no estaban felices de que él tuviera que regresar”, indicó Browne.
El abogado agregó que no estaba al tanto de ningún problema mental de su cliente al momento del incidente y describió al sospechoso como una persona de buenas maneras. Indicó además que su cliente nunca dijo nada antagónico contra los musulmanes.
Según el mismo abogado Browne, su cliente probablemente enfrente la pena de muerte si es declarado culpable.
Por su parte, el secretario de Defensa estadounidense, Leon Panetta, estuvo en Afganistán esta semana, donde se reunió con el presidente Hamid Karzai para ayudar a aliviar las tensiones tras el tiroteo.
“Le prometí de nuevo que estamos procediendo con una total investigación aquí y que llevaremos a la justicia al individuo involucrado. Él aceptó eso y tiene la esperanza de que pueda ser un proceso transparente para que el pueblo afgano vea que EE.UU. va no solo a enjuiciar a este individuo sino a asegurar que sea responsabilizado”, declaró Panetta.
Karzai también dijo a Panetta que se debe hacer todo lo posible para impedir incidentes como ese tiroteo en el futuro.