El comandante de las fuerzas de Estados Unidos y de la OTAN en Afganistán dijo este martes que los lazos entre la coalición militar y las autoridades afganas siguen siendo fuertes y que la guerra en ese país sigue su curso a pesar de recientes contratiempos.
El general John Allen testificó ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes en Washington, en momentos en que los sondeos de opinión indican que ha crecido el número de estadounidenses que creen que EE.UU. debe acelerar el retiro de los soldados que tiene movilizados en Afganistán.
Las presiones políticas para apurar la salida de las tropas se han hecho mayores después de que el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, dijo estar “con la soga al cuello” y pidió a la coalición que se alejara de las comunidades después de que un sargento estadounidense mató a 16 civiles afganos, incluidos nueve niños, en la provincia de Kandahar.
El mes pasado se registraron violentas protestas en todo el país como resultado de la inadvertida quema de ejemplares del Corán por parte de militares estadounidenses. Según el general, 32 afganos resultaron muertos durante las revueltas.
Allen dijo a los legisladores que aunque aún queda mucho por hacer en Afganistán “el progreso es real y sostenible”, y que las fuerzas estadounidenses y afganas han degradado severamente a los talibanes.
El plan de EE.UU. prevé el retiro de 23.000 soldados para fines de septiembre y la salida total de sus tropas para diciembre del 2014, cuando las fuerzas afganas deben retomar el control de la seguridad del país.
El general dijo que las fuerzas armadas afganas se han ampliado de 276.000 a 330.000 efectivos el año pasado, y que alcanzarán su máxima fortaleza antes del plazo límite fijado de octubre próximo.
EE.UU. negocia con las autoridades afganas los términos del acuerdo que definiría la presencia estadounidense en el país una vez que sean retiradas las tropas de combate.
