El presidente de Estados Unidos, Barack Obama condenó la violencia ejercida contra las manifestantes en Bahrein, Libia y Yemen, y exhortó a los gobiernos de esos países a demostrar moderación y respetar los derechos de los ciudadanos que se manifiestan pacíficamente, y expresó condolencias a las familias de los muertos.
"Estoy profundamente preocupado por las denuncias de violencia en Bahrein, Libia y Yemen. Estados Unidos condena el uso de la violencia por parte de los gobiernos contra manifestantes pacíficos en esos países y en cualquier otro lugar donde pueda ocurrir", dijo Obama.
"Estados Unidos insta a los gobiernos de Bahrein, Libia y Yemen a que muestren moderación al responder a las protestas pacíficas y que respeten los derechos de su pueblo", agregó.
Gases lacrimógenos y disparos
En Bahréin las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos a los centenares de manifestantes que marchan en la capital Manama, reclamando la salida de la monarquía del reino del Golfo.
Algunos activistas cambiaron el rumbo de las protestas en dirección a la plaza Pearl (Perla) después de acompañar la ceremonia del funeral de los cinco manifestantes que murieron a manos de la policía.
Los testigos hablan de varias víctimas durante la confrontación. Miles de ciudadanos se reunieron en poblados adyacentes a Manama, la capital de Bahréin, para acompañar los cuerpos de los fallecidos en la represión del jueves 17 de febrero de 2011.
Durante los funerales, se escucharon eslóganes llamando a la destitución del gobierno, pero ahora reclaman el fin de la monarquía.
Las fuerzas del orden prefirieron por este motivo mantenerse al margen de los homenajes, aunque advierten que desde ayer tienen bajo control la capital, horas después que la policía anti disturbios usara perdigones, balas de goma y gas lacrimógeno contra los manifestantes.
Contención
Después de que por lo menos cinco personas perdieran la vida y más de 230 resultaron heridas el jueves 17 de febrero de 2011, los militares prohibieron las reuniones públicas y la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, llamó a la contención al país aliado en el Golfo tras los disturbios.
En la llamada telefónica con su homólogo de Bahrein, el jeque Khaled bin Ahmed al-Khalifa, Clinton expresó su "profunda preocupación" por los recientes acontecimientos y llamó a la contención, según dijo un funcionario del Departamento de Estado.
Los militares desplegaron vehículos blindados en Manama, y se comprometieron a restablecer el orden después de que esta mañana la policía emprendiera una operación para despejar la Plaza Pearl atacando las carpas en las que se encontraban centenares de personas, incluidos mujeres y niños.
"La policía viene, está usando gases lacrimógenos contra nosotros", dijo un manifestante a Reuters por teléfono. Otro dijo: "Estoy herido, Estoy sangrando. Nos están matando". Un manifestante dijo que había sacado de lugar a dos personas que resultaron heridas por balas de goma.
Clinton y Khaled Sheikh también "discutieron los esfuerzos de reforma política y económica para responder a los ciudadanos de Bahrein", agregó el funcionario de EE.UU..
Mientras tanto, parlamentarios del Partido pro chiita al-Wefaq dicen que los grupos de oposición planean renunciar al Parlamento en protesta. Anteriormente, líderes de al-Wefaq dijeron que el grupo de 18 diputados no retornaría al Parlamento de 40 miembros hasta que el rey Hamad bin Isa al-Khalifa acuerde transformar la nación en una democracia constitucional con un gobierno elegido.
El diario The Wall Street Journal informó que siete grupos opositores, incluyendo al-Wefaq, habían anunciado la formación de una comisión para ayudar a coordinar la actividad de protestas y unificar las demandas de los manifestantes. El periódico agrega que la comisión planea manifestaciones más grandes para el sábado.
Otro bastión de protestas
Bahréin ha sido el último lugar al que se han extendido el éxito de la lucha de los pueblos de Túnez y Egipto para derrocar a sus gobiernos. Miles de manifestantes en su mayoría chiíes mostraron su descontento por un régimen en el que se sienten discriminados y al que exigen un mayor poder de decisión en el reino isla donde una familia de suníes gobierna a una población de mayoría chií.
Cientos de personas acamparon en la plaza Pearl, una intersección de la capital que buscan convertir en lo que supuso la plaza Tahir en Egipto, base de una protesta similar a la que llevó a la caída del líder egipcio Hosni Mubarak.
Sin embargo, la plaza vació la plaza en la madrugada del jueves 17 de febrero, dejando un rastro de carpas abandonadas, frazadas y basura. "Los hombres corrieron, pero las mujeres y niños no podían correr tan rápido, algunos aún están dentro" de la plaza dijo Ibrahim Mattar, un parlamentario de la oposición que se encontraba en el lugar.
"Se ha confirmado que dos personas murieron", declaró. "Más están en condición crítica", agregó.
Agitación también en Yemen
Testigos en la sureña ciudad yemení de Adén dicen que otro manifestante ha muerto en las protestas anti gubernamentales, elevando a tres el número de víctimas.
Se anticipa que más manifestantes se reúnan en las principales ciudades de Yemen este viernes para lo que activistas llaman un nuevo ‘día de ira’, tal como se convocó primero en Egipto y después en Libia.
Esta jornada está convocada con la intención de expulsar definitivamente al presidente Ali Abdullah Saleh. Este es el octavo día consecutivo de protestas en ciudades yemeníes, donde han ocurrido varios brotes de violencia.
La policía dio muerte a dos personas en Adén, donde según los testigos, la policía disparó municiones reales entre las balas de goma en un enfrentamiento con varios miles de manifestantes, quienes quemaron llantas e incendiaron vehículos gubernamentales.
Los manifestantes antigubernamentales, unos 2.000 –en su mayoría estudiantes–, fueron atacados al salir del campus por partidarios del Congreso Popular General (CPG), el partido en el poder, armados con porras y piedras.
"El pueblo reclama la caída del régimen", coreaban los manifestantes. Los disturbios con partidarios del presidente Alí Abdalá Saleh, en el poder desde 1978, congregan a estudiantes y ciudadanos de a pie que se manifiestan a diario para reclamar la caída del régimen.