Fuerzas de seguridad abrieron fuego contra una multitud en Benghazi, en la segunda ciudad en importancia de Libia, y mataron a unas 15 personas en el tercer día de violentas protestas contra el gobierno de Muamar el Gadafi.
Según la organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch, al menos 84 personas han fallecido en las manifestaciones, sin precedentes en los 41 años que lleva Gadafi en el poder.
Desde la pasada madrugada, el país se quedó sin conexión de Internet a semejanza de lo sucedido en Egipto cuando empezaron a arreciar las protestas contra el ya depuesto presidente Hosni Mubarak.
De acuerdo con reportes de la cadena de televisión árabe Al Yazira, las marchas continúan en varias ciudades libias incluyendo Trípoli, la capital, después de que el viernes el ejército salió a las calles a reprimir la oleada de manifestantes.
En Yemen, la policía antimotines también disparó contra una muchedumbre que por décimo día consecutivo salió a las calles a pedir la caída del gobierno, y mató al menos a una persona e hirió a otras cinco.
Simpatizantes del presidente yemenita Ali Abdalá Saleh armados con bastones y armas blancas se enfrascaron en una batalla campal con los manifestantes antigubernamentales.
Entre tanto, en Argelia, agentes de seguridad volvieron a impedir por la fuerza que cientos de personas se manifestaran en el centro de Argel, la capital, contra el gobierno del presidente Abdelaziz Buteflika.
En Bahrein, miles de manifestantes retomaron este sábado la capitalina plaza de la Perla, en Manama gritando “el pueblo quiere la caída del régimen”, después que el ejército se replegó a los cuarteles por orden del comando general de las Fuerzas Armadas.
Algunos incluso han instalado ya tiendas de campaña en la plaza con idea de mantener las protestas que antes de la retirada de los militares el viernes dejaron un saldo de un muerto y decenas de heridos.
Una de las demandas formuladas por la oposición para aceptar la propuesta de dialogo hecha por el Rey, Hamad Bin Isa al Jalifa, el repliegue del ejército, ya se cumplió. Todavía queda en pie la segunda: la dimisión del gobierno.
Desde que las protestas comenzaron en Barhein el pasado 14 de febrero como resonancia de las revueltas en Túnez y Egipto al menos siete personas han muerto y decenas han resultado heridas.