Cientos de estudiantes en Chile regresan a las calles para iniciar la segunda jornada de una protesta de 48 horas convocada por el movimiento estudiantil.
Algunos jóvenes, cubiertos con gorros pasamontaña, instalaron barricadas en distintos puntos de la capital del país a las que luego prendieron en llamas para evitar el paso de la policía nacional, que reaccionó con bombas lacrimógenas y carros lanza agua.
Al menos ocho policías resultaron lesionados, mientras que 10 personas fueron detenidas, según confirmó Carabineros (como se le llama a la policía local) a la AFP.
"El gobierno condena drásticamente estas acciones; cree que estos llamados a paralizar el país que no se expresan de otra manera que no es la destrucción, el daño, la violencia no ayuda al diálogo", dijo Rodrigo Ubilla, subsecretario del Interior.
Los estudiantes le exigen al gobierno una reforma del sistema educativo, heredado por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que disminuyó el aporte público a la educación y fomentó la inclusión de los privados.
El inicio de las protestas fue extremadamente violento y el gobierno asegura que se han realizado 263 detenciones desde que iniciaron las protestas a principios del mes de septiembre de 2011.
