El papa Francisco ofreció un discurso en el Salón de la Independencia de Filadelfia en el que reconoció la importancia de respetar las libertades religiosas y al mismo tiempo valoró los aportes de la comunidad inmigrante al engrandecimiento del país.
En un sencillo, pero simbólico discurso el papa Francisco mencionó que "este lugar es un símbolo del modelo de EE.UU. y reflexionó sobre el derecho a la libertad religiosa.
Francisco mencionó que la libertad de credo es un derecho fundamental que da forma a nuestro modo de interactuar especialmente con nuestros vecinos que tienen ideales religiosos distintos.
"El ideal del diálogo interreligioso es que todos los hombres y mujeres de diferentes costumbres religiosas pueden dialogar sin pelearse", agregó Francisco.
Sobre los inmigrantes el Papa reiteró que éste es un país de inmigrantes y dijo que "muchos han emigrado con un gran costo personal, pero con la esperanza de construir una nueva vida".
"No se desanimen por las dificiltades que tengan que afrontar. Al igual que los que vinieron aquí antes, ustedes traen mucho a esta nación. No se avergüencen nunca de sus tradiciones, no olviden las lecciones que aprendieron de sus mayores y que pueden enriquecer la vida de esta tierra americana. No se avergüencen de aquello que es parte esencial de ustedes", señaló el papa Francisco.
Del mismo modo el líder de la Iglesia católica señaló que los inmigrantes están llamados a ser "ciudadanos responsables" y a contribuir como lo hicieron con tanta fortaleza los que vinieron antes, refiriéndose a los primeros colonos de norteamérica.
El papa Francisco finalizó su discurso una vez más reforzando la idea de la igualdad y la libertad; y que todos somos iguales ante los ojos de Dios y reiteró su pedido "por favor recen un poquito por mí".
