El papa Francisco dijo el viernes ante las Naciones Unidas que el mundo reclama a los gobernantes la preservación del medio ambiente y esfuerzos concretos para enfrentar el cambio climático.
En la continuación sobre su campaña por proteger el ambiente que ya tocó con el presidente Obama y en el Congreso de Estados Unidos, el papa definió al hombre como una “porción del ambiente”.
“Cualquier daño al ambiente, por tanto, es un daño a la humanidad”, afirmó.
Dijo que el abuso y la destrucción del ambiente casi siempre van acompañados de un “imparable proceso de exclusión… de los débiles y con menos habilidades” que no solo terminan “descartados, sino también obligados a vivir del descarte y deben sufrir injustamente las consecuencias del abuso del ambiente”.
Francisco hizo un llamado para proveer a la gente con “las necesidades espirituales y materiales mínimas para vivir en dignidad y crear y mantener a una familia… En términos prácticos, estos mínimos absolutos tienen tres nombres: vivienda, trabajo y tierra; y un nombre espiritual: libertad espiritual, que incluye la libertad religiosa, el derecho a la educación y otros derechos civiles”.
El papa también habló sobre los conflictos mundiales y dedicó varios párrafos de su discurso a la amenaza nuclear que puede, según dijo, hacer que la organización se convierta en “las naciones unidas por el miedo y la desconfianza”.
Apuntó que los acuerdos nucleares deben respetarse “en letra y en espíritu”, y se refirió al reciente acuerdo nuclear con Irán que dijo espera “sea duradero y eficaz”.
“Hay que empeñarse por un mundo sin armas nucleares”, remarcó.
El Pontífice denunció, como lo ha hecho otras veces, “la dolorosa situación del oriente medio donde los cristianos junto a otros grupos culturales han sido obligados de ser testigos de la destrucción de lugares de culto, de su patrimonio cultural y a pagar con la propia vida o la esclavitud” los abusos extremistas.
“Llamo a proteger a las poblaciones inocentes y a las minorías étnicas”, dijo.
Francisco habló sobre el narcotráfico, el cual calificó de “guerra asumida y pobremente combatida” que casi siempre va acompañada de la trata de personas, explotación infantil, tráfico de armas, y de una corrupción que “amenaza con generar una estructura paralela que pone en riesgo la credibilidad de nuestras instituciones”.