México es más que drogas, carteles y tráfico. Según Felipe Calderón, presidente de México, su nación es un ejemplo de desarrollo en la región.
Desde el hotel Waldorf-Astoria, en Nueva York, en donde se desplegó un fuerte operativo policial, y para llegar hasta donde estaba el presidente había que pasar al menos tres puntos de seguridad, iniciando desde las entradas principales del hotel, Calderón habló de un nuevo México.
Luego de ser galardonado con la Medalla de Oro, entregada por la Sociedad del Consejo de las Américas, Calderón dijo que su nación crece aceleradamente en términos de educación, salud e infraestructura.
El mandatario mexicano aseguró que durante un período de cinco años se han construido más de cien universidades “enfocadas al desarrollo tecnológico”, además de miles de nuevas escuelas y hospitales, “los ciudadanos mexicanos tienen cada día una mejor calidad de vida y el progreso es estable”.
Mientras la audiencia esperaba con sus platos vacíos la hora de la cena, Calderón intentó cambiar la imagen de México en 18 minutos de discurso.
“Los medios generalmente hablan sobre la violencia que vivimos en el país, pero hay otros aspectos de nuestra nación que nos ubican como una de las más importantes de toda América”, expuso el mandatario.
Pero esa mala imagen que “ensucia el buen trabajo que se realiza en nuestra nación” sigue siendo una realidad “compartida”. Calderón asegura que su gobierno hace todo lo posible por erradicar el narcotráfico, de donde se desprenden la mayoría de los crímenes en México pero que el consumo en Estados Unidos lo complica todo, “esta es la mayor entrada de dinero que hace poderosos a los criminales”.
“Más del 20% de los jóvenes en Estados Unidos consumen drogas (…) se puede hacer todo por detener la producción, pero mientras encontremos gente que la compre, la tarea es mucho más complicada”, dijo Calderón.
Según el invitado de honor de la noche, la lucha contra el narcotráfico debe estar acompañada por una batalla en las escuelas y en las comunidades tanto de México como de EE.UU.
“Necesitamos trabajar juntos si queremos establecer valores en nuestra sociedad para preservar la libertad”, argumentó el mandatario.
Con su medalla colgando frente a su pecho y arropado por un largo aplauso, Calderón y regresó a su mesa, en donde la cena ya estaba esperándole.
