El movimiento de los ‘indignados’ españoles levanta la acampada de Sol en Madrid, después de tres semanas de movilizaciones para reclamar a los políticos por la situación económica y laboral de todo el país.
“Se tenían que haber ido hace varias semanas de Sol; ese ha sido su gran error”, cuenta Miguel, un joven español de 22 años. Los líderes del movimiento anunciaron la decisión tras una asamblea en la que se estuvo discutiendo la continuidad de las exigencias.
“Ahora sigue el 15-M, que es lo importante, no Sol. Seguirán celebrando asambleas centrales y asambleas de barrios pero sin acampar y volverán a las acampadas masivas más adelante, excepto cuatro personas, que dicen que no se van de Sol”, añade Miguel.
La decisión no incluyó a todos, por lo que hay gente que permanecerá acampada, aunque eso ha desgastado considerablemente la imagen del movimiento.
Entre las próximas acciones se debate la posibilidad de dar el relevo a los distintos barrios de la capital para que se difundan desde allí sus reivindicaciones, celebrar campamentos simbólicos una vez al mes o incluso crear un campamento itinerante, informa Reuters.
Aunque se vayan ahora, el movimiento del 15 – M ha dejado una estela con ejemplos repetidos en Portugal y Grecia, y una gran repercusión internacional que los políticos españoles difícilmente podrán olvidar si no quieren gobernar bajo su sombra.