El volcán Puyehue en el sur de la cordillera andina en Chile es sólo el último de un grupo de volcanes que sorpresivamente entraron en erupción en los últimos años en Latinoamérica.
Una de las teorías más extendidas relaciona el movimiento de las placas tectónicas de la zona del sur de América Latina con los tsunamis del otro lado del continente, como el que asoló Japón el 11 de marzo de 2011.
Cada día en cualquier lugar del mundo hay más de una docena de volcanes en erupción, pero en los últimos años Latinoamérica se ha visto especialmente afectada por este fenómeno geológico.
El Puyehue sigue a una larga lista de nombres entre los que figuran el del reciente volcán Popocatépetl, cercano a la ciudad de México, que dejó escapar una fumarola de unos tres kilómetros de altitud.
El volcán Tungurahua, en Ecuador, que lanzó cenizas en 2006 y 2008, o el Chaitén, de nuevo en Chile, que expulsó humo en 2008 después de siglos de inactividad.
“No es nada extraño que a lo largo de la cordillera estemos asistiendo a erupciones volcánicas continuas, es normal, por ejemplo, que en la zona entre Argentina y Chile haya alguna mayor o menor cada año”, explica la doctora Corina Risso, jefa del Departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad de Buenos Aires, a la Voz de América.
El volcán Puyehue no había tenido una explosión tan fuerte en 50 años, pero sí otras más leves, por lo que es parte de su evolución normal.
Aunque la doctora Risso advierte que “cuando hay terremotos importantes bajo el agua, como lo que sucedieron en Japón o en Chile, hay una ruptura de placas que producen tsunamis, tanto en la zona de Chile, como en Asia, en Japón, es lo que se conoce como el cinturón de fuego del Pacífico”.
En el caso de varios de los volcanes latinoamericanos activos, como el Puyehue o el Popocatépetl, “a diferencia de la lava más líquida que se puede ver en los volcanes de Hawai, por ejemplo, se debe a la profundidad, estos otros expulsan un magma más viscoso, que cuando intenta salir forma tapones en la salida del cráter, que hacen que los gases se acumulen hasta que se genera una pluma de cenizas que sale al aire”, detalla Risso.
En esta ocasión, la pluma volcánica que se extiende en Patagonia puede afectar a la gente con problemas en la vista, digestivos o en los pulmones, por lo que es importante mantener las precauciones.
Sin embargo, “no hay nada en particular que indique que vayan a producirse más erupciones de las normales”, explica la doctora, que precisa que estos sucesos son parte de la evolución volcánica normal.