Una nube de ceniza despedida por un volcán islandés, que había obligado a cerrar aeropuertos en Berlín y otros puntos del norte de Alemania, por fin se disipó y permitió reanudar el tráfico aéreo, mientras los expertos anunciaban que la erupción parecía amainar.
Los controladores del tránsito aéreo europeo habían anticipado la cancelación de unos 700 vuelos, pero Eurocontrol agregó que la actividad del volcán Grimsvotn había disminuido y que el tráfico en el espacio europeo podría regresar a la normalida, según informó la agencia de noticias AP.
"Hubo muy pocas erupciones del volcán en las últimas seis o 12 horas, así que el volcán está en un estado razonable de calma en estos momentos", dijo Brian Flynn, jefe de operaciones de Eurocontrol. "Suponiendo que esa tendencia continúe, la aviación europea podría regresar a una situación casi normal en las próximas 24 horas", agregó.
Los expertos en Islandia dijeron que la erupción disminuía y los observadores en el cráter reportaron solamente vapor, dijo Pall Einarsson, de la Universidad de Islandia.
"Lo peor ha pasado", dijo la primera ministra islandesa Johanna Sigurdardottir en una declaración, después de visitar la región.
"Nuestros geocientíficos dicen que la erupción disminuye día a día y que los problemas creados en nuestros países vecinos a causa de la ceniza volcánica deberían resolverse pronto", agregó la funcionaria.
La nube de ceniza obligó la cancelación de centenares de vuelos desde Gran Bretaña el martes 24 de mayo de 2011 y los vientos arrastraron las cenizas sobre Escocia, pero el espacio aéreo británico se mantenía en gran medida limpios al día siguiente.
El tráfico aéreo alemán prohibió todo despegue o aterrizaje en los aeropuertos de Berlín, Bremen, Hamburgo y Luebeck durante varias horas, lo que causó la cancelación de cientos de vuelos. Los viajeros habían sido avisados con anticipación.
Eurocontrol dijo que la ceniza alcanzó algunas partes de Rusia, aunque no afectó el tráfico aéreo en ese país. Los vuelos traspolares fueron desviados pero volaban según lo previsto. Unos 500 vuelos de y hacia Europa cruzan el Artico todos los días.
Los expertos han señalado que las partículas de la ceniza pueden atascar los motores de los aviones y cubrir las ventanas de los aviones con esa sustancia.