La Iglesia Católica cubana rechazó los actos de violencia contra los disidentes del gobierno en la isla a través de un comunicado en el que cita que "el gobierno cubano, ante estas situaciones, ha comunicado a la Iglesia que desde ningún centro de decisión nacional se ha dado la orden de agredir a estas personas".
El comunicado hace referencia al incidente entre el gobierno y el grupo Las Damas de Blanco en Santiago de Cuba, a unos 900 kilómetros al este de la capital, en un acto en el que fueron maltratadas, según denuncia la Iglesia. “La violencia de cualquier tipo, aplicada a personas indefensas, no tiene ninguna justificación", señaló la nota del arzobispado.
El gobierno cubano negó haber protagonizado dichos "actos de repudio", alegando que son movimientos espontáneos de sus seguidores.
Sin embargo, para Elizardo Sánchez, jefe de la independente Comisión Cubana de Derechos Humanos, cualquier orden para el acoso de activistas tendría que haber venido "del nivel más alto del gobierno. Yo estoy seguro de que el general Raúl Castro por lo menos aprobó o dio la orden de usar la fuerza en estas últimas semanas", sostuvo.
Las Damas de Blanco iniciaron sus marchas dominicales en La Habana después del arresto de 75 disidentes en el 2003, acusados de ser pagados por el gobierno estadounidense para debilitar el gobierno cubano.
"Cualquier otro modo de abordar la realidad cubana que pueda afectar la convivencia pacífica y quebrantar el bien de la nación no puede encontrar ningún respaldo entre quienes tenemos una visión cristiana del mundo", reclamó la Iglesia que también explicó que con esto "persigue el bien del pueblo cubano, la reconciliación entre todos y la paz, en esta etapa de cambios".