El presidente de Siria, Bashar Al-Assad, realizó este miércoles 30 de marzo de 2011, un discurso sobre la situación en su país ante el Parlamento, donde dijo que su gobieno "es el objetivo de una conspiración internacional" y dijo que las protestas fueron "planeadas" para desestabilizar a su régimen, al que definió como "último baluarte fronterizo del mundo árabe".
Tras el discurso del mandatario y cuando se retiraba del Parlamento, se generó un hecho confuso que fue registrado por la prensa internacional, cuando una mujer consiguió superar el anillo de seguridad y llegar hasta el auto oficial donde estaba Al-Assad y comenzó a golpear el vehículo, aunque las autoridades sirias sostienen que eran una muestra de apoyo al mandatario.
La comparecencia pública del presidente sirio se produce luego de más de una semana de protestas contra el gobierno concluyó sin anunciós, aunque incluyó un reconocimiento de su responsabilidad por las protestas al decir que "sabemos que no hemos cumplido con responder a las aspiraciones de mucha gente".
El mandatario sirio dijo que "nuestra responsabilidad mantener la seguridad del país" y afirmó que las protestas "son una prueba de la unidad de nuestra nación", y que son impulsadas por una "minoría que ha sembrado el caos". También subrayó que "la sangre que ha sido derramada, es sangre siria".
Según afirmó Al-Assad, "los enemigos se han empeñado en amenazar la establidad de Siria" y afirmó que "nuestra dirección debe ser cumplir con las aspiraciones de la población".
En tal sentido aclaró que ha dado "órdenes muy claras" a las fuerzas de seguridad para que "no causen daño a los ciudadanos sirios".
La oposición se vio decepcionada porque en el discurso Al-Assad no hizo ningún anuncio respecto al fin de la ley de emergencia impuesta hace 50 años, la cual prohíbe las protestas de la oposición. La abolición de la ley ha sido una de las principales demandas de los manifestantes.
El martes (29/03/2011), el presidente sirio aceptó la renuncia de su gabinete y se espera que pronto se anuncie uno nuevo.
El discurso, pronunciado en el parlamento sirio, tiene lugar en medio de protestas que representan la más seria amenaza a los 11 años de gobierno de Al-Assad
Mientras tanto, decenas de miles de manifestantes pro-gobierno salieron a las calles para expresar su apoyo al régimen.
Fuerzas de seguridad sirias han reprimido violentamente las recientes manifestaciones contra el gobierno, disparando gas lacrimógeno y municiones reales para dispersar a los activistas.
El grupo Human Rights Watch dice que por lo menos 61 personas han muerto desde que comenzaron las protestas.
