Mientras la política griega se halla inmersa en negociaciones con sus socios de la eurozona para aliviar su deuda, los trabajadores del transporte público realizaron otra huelga en Atenas, en protesta por las medidas de austeridad del gobierno.
El primer ministro George Papandreou, espera encontrar soluciones a la crisis en las reuniones del G-20 y del Consejo Europeo. "Estamos negociando de todas las maneras para aligerar esta deuda. Esta es la gran negociación y allí es donde yace el gran problema", dijo Papandreou en una reunión de gabinete, sin dar más detalles.
En Atenas, los trenes, autobuses y tranvías se mantienen detenidos en la capital griega 24 horas.
Pero no es la única protesta; en una manifestación separada, trabajadores de la empresa energética están ocupando un edificio del gobierno para evitar que se envíen las cuentas que contienen un nuevo impuesto a la propiedad.
Estas manifestaciones y huelgas son los más recientes esfuerzos de los griegos quienes están preocupados por los recortes del gobierno destinados a asegurar más dinero del paquete de rescate financiero por $159.000 millones de dólares.
La Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo anunciaron que Grecia recibirá la siguiente parte del plan de rescate por valor de $11.000 millones de dólares a principios de noviembre, siempre y cuando cumpla con más medidas de austeridad.
El segundo paquete de créditos para Grecia acordado el 21 de julio y que implicaría la participación de tenedores privados de bonos, está bajo revisión por parte de las autoridades, que consideran incrementar las quitas a los inversores privados, dijeron autoridades de la Unión Europea.
Arrastra a Alemania
Hasta el momento todos los pronósticos apuntaban a que sería Alemania la que tiraría del carro para saldar las deudas griegas, sin embargo, un nuevo informe económico predice que podría suceder los contrario.
El crecimiento de Alemania podría sufrir una grave desaceleración en 2012 debido a la crisis de la deuda, según predicen los principales institutos de coyuntura del país.
El esperado informe, de carácter semestral y que sirve de base para las previsiones oficiales del Gobierno, predice un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 0,8% el año próximo, inferior al de 2011 del 2,9% y también menos al que auguraban en abril (2%).
"Debido a la difícil situación de importantes socios, el comercio exterior dejará de participar en el crecimiento", dijo Roland Döhrn, del instituto RWI, en una conferencia de prensa.
Pese al apetito de los países emergentes, con China a la cabeza, por los coches y la maquinaria germana, que ha liderado el crecimiento estos dos últimos años, el 60% de las exportaciones alemanas va a sus socios europeos.