El presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció que la comunidad internacional financiará con $40.000 millones de dólares a los países involucrados en la "primavera árabe".
El anuncio ha surgido de los debates del Grupo de los Ocho, que recaudarán $20.000 millones de dólares de organismos multilaterales de crédito y otros $10.000 millones de países árabes y el resto de acuerdos bilaterales, indicó.
"Son 20.000 millones de bancos multilaterales, en los cuales no incluyo al FMI. Pensamos que era más honesto no incluir al FMI en este conteo", agregó el madatario, quien preside la reunión.
"Además de esto, hay cerca de 10.000 millones de dólares en compromisos bilaterales que no mencionamos en la declaración. Y finalmente, otros 10.000 millones de dólares en contribuciones de países del Golfo incluyendo Arabia Saudí, Qatar y Kuwait en un fondo especial fijado para este propósito", apuntó.
Los debates de las ocho potencias económicas centraron su interés en las vías de solución para la crisis de la deuda griega y las preocupaciones de Estados Unidos por la reciente debilidad del euro que perjudica sus exportaciones, según fuentes diplomáticas citadas por Reuters.
Uno de los primeros borradores que alcanzaron fue el del compromiso para frenar la crisis de la deuda de la zona euro, que también incluye un llamado a Estados Unidos y Japón para que asienten sus propias finanzas a largo plazo, señala la agencia.
La economía mundial fue el tema clave de la ronda de ayer, también en lo concerniente al esfuerzo que las potencias se han propuesto para prestar su ayuda a las naciones del norte de África, donde persisten algunos levantamientos populares.
Especial énfasis pusieron en la situación de Yemen, donde el presidente Ali Abdullah Saleh ya anunció que el país se encuentra al borde de una guerra civil.
"Deploramos los enfrentamientos que han ocurrido por la noche, que son un resultado directo del actual 'impasse' político, del cual el presidente Saleh tiene responsabilidad directa por su negativa a firmar un acuerdo de transición", indicó un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores francés.
Por su parte, y pese a los lazos que ha mantenido el gobierno de Estados Unidos con el mandatario que se mantiene tras 33 años en el poder, la secretaria de Estado, Hillary Clinton señaló que su país pretende “seguir apoyando la salida del presidente Saleh, quien había accedido a apartarse del poder y luego ha renegado de estos acuerdos".
En un marco más general, el primer ministro de Inglaterra, David Cameron señaló el apoyo del G-8 a las luchas por la democracia.
"Quiero que de esta cumbre salga un mensaje claro y simple y es que las naciones más poderosas de la Tierra se han puesto de acuerdo para decir a quienes en Oriente Medio y el norte de Africa quieren más democracia, más libertad, más derechos civiles: 'Sí, estamos de su lado'".
G-8 alejado del FMI
Pekín incitó a una "consulta democrática" sobre la vacante en el FMI después de la renuncia de Strauss-Kahn, y se mostró reticente a prestar su apoyo a la ministra francesa Cristine Lagarde.
Estados Unidos señaló que no tenía una postura oficial respecto a Lagarde, aunque algunos funcionarios estadounidenses han indicado que Washington la apoyaría.
Sin embargo, el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, afirmó que Lagarde es "una mujer de enormes cualidades" y además añadió que “sería adecuado que el director del FMI sea europeo".