La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, dijo este jueves que la represión de las manifestaciones en Siria es "un signo de gran debilidad" y no de poder.
Clinton, que se halla en Groenlandia para una reunión de los ministros de relaciones exteriores de las naciones que integran el Consejo Artico, señaló que el gobernante sirio, Bashar al-Assad, cada vez está más aislado.
La jefa de la diplomacia estadounidense dijo que el gobierno sirio será responsable de lo que suceda, y tras reunirse con la ministra del exterior de Dinamarca, Clinton señaló que EE.UU., ese país y otras naciones “van a buscar vías de elevar la presión” sobre Siria.
La secretaria de Estado resaltó que a pesar de “la abrumadora condena internacional, el gobierno sirio sigue aplicando una brutal represión contra sus ciudadanos”, y mencionó arrestos ilegales, torturas, y la negativa del régimen de brindar asistencia médica a personas heridas.
Las declaraciones de Clinton tienen efecto cuando el régimen de Damasco intensificó la represión de las revueltas populares, tomó a la fuerza el control de varias ciudades y practicó cientos de arrestos después de que la oposición convocó a nuevas protestas el viernes.
Soldados y tanques avanzaron este jueves hacia las zonas más turbulentas en el país en una nueva ofensiva gubernamental para acabar con las manifestaciones iniciadas hace dos meses.
Activistas sirios de derechos humanos dijeron que las tropas se han desplegado alrededor de Hama, en el centro del país, una ciudad conocida por la rebelión sofocada de forma sangrienta en 1982 por Hafez al-Assad, padre del actual presidente, y en la que según opositores murieron al menos 10 mil personas.
Otros activistas denunciaron que hubo 19 personas muertas el miércoles a manos de soldados en el pueblo de al-Haraa y en la ciudad de Homs.
También indicaron que las fuerzas de seguridad disolvieron violentamente a unos 2.000 manifestantes ese mismo día en el campus de la universidad en Aleppo, la ciudad más grande de Siria.
Se estima que más de 750 personas han muerto y miles más están detenidas desde que empezaron los levantamientos contra el régimen de Bashar al-Assad a mediados de marzo.