En la medida que se acerca la elección de medio término en Estados Unidos, el Partido Republicano está enfrentando una lucha más fuerte de la esperada de los demócratas por el control de la Cámara de Representantes, a pesar de haber tenido una rara oportunidad de redibujar el mapa político a su favor.
Según Michael Li, del Programa para la Democracia del Centro Brennan, todos pensaban que los demócratas iban a quedar en desventaja en la redistribución, “pero más o menos se las han arreglado para obtener un equilibrio”. No obstante, es probable que los republicanos ganen el control de la cámara, dijo.
Cada 10 años, los distritos congresionales se redibujan para reflejar cambios en la población y asegurar que cada legislador de la Cámara Baja represente más o menos a la misma cantidad de personas.
Sin embargo, la forma en que se trazan los nuevos límites y las comunidades que agrupen puede beneficiar a un partido o al otro.
Las legislaturas estatales a menudo están a cargo del proceso, lo que implica que el partido que controla una capital estatal puede reagrupar un distrito a su favor. Ese proceso se denomina manipulación (gerrymandering).
En 2020, los republicanos controlaron la redistribución de 187 de los 435 distritos congresionales de la Cámara de Representantes, y los demócratas 75. El resto estuvo a cargo de comisiones u otras entidades.
"Los mapas no son gran cosa. No hay mucha competencia”, dijo Li. “Están aún desbalanceados en algunos estados, particularmente en Texas, Georgia, la Florida, Ohio, pero a pesar de eso terminaron en una especie de neutralidad”.
Tan neutrales que, aunque parece improbable que los demócratas mantengan una mayoría en la cámara el año que viene debido a factores no relacionados con la redistribución, tampoco puede descartarse, dijo Li.
Falta de competitividad
La redistribución de 2020 luce que ha dejado menos distritos competitivos que nunca antes. Solo alrededor de 60 parecen estar en disputa, mientras que el resto se percibe como “seguro” para demócratas o republicanos.
Eso es preocupante porque las democracias requieren cierto nivel de competitividad”, dijo Jennifer Victor, una profesora de ciencias políticas de la Universidad George Mason en Virginia.
“Mientras más estadounidense que viven en lugares donde sienten que su identidad política no concuerda con la mayoría ni con las tendencia en su área, más desconectados se sienten de su gobierno y también menos representados, lo que puede llegar a ser un componente de desestabilización en una democracia”, explicó.
Jugando a lo seguro
En la redistribución reciente, parece que los republicanos optaron por asegurar su control en ciertos distritos en lugar de aspirar a controlar otros nuevos. De hecho, el presidente Joe Biden hubiera ganado más distritos con los nuevos mapas que los que ganó en la elección, dijo Li.
El resultado fue que algunos de esos distritos resultaron más competitivos de lo que anticiparon los republicanos e incluso los demócratas han mejorado en algunos de ellos.
"Yo aun pienso que los republicanos son los favoritos para ganar la cámara, pero, con esos mapas, si alcanzan una mayoría será estrecha y los demócratas tienen una oportunidad de recuperar la mayoría en 2024, 2026, si esos mapas no cambian”, agregó Li.
Los que más han perdido en la redistribución son las comunidades de color, señaló Li.
"La discriminación política es en realidad una discriminación racial a expensas de las comunidades de color, porque como aún tenemos separación residencial, es fácil unir o desunir comunidades de color para cambiar el tono partidista en los mapas”.
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