Dos tercios de los estadounidenses quieren una reforma de la Corte Suprema después de la decisión que eliminó los derechos federales al aborto garantizados por el fallo Roe v. Wade de 1973.
“Estamos en un terreno algo inexplorado en ese sentido”, dijo Carolyn Shapiro, profesora de leyes del ITT Chicago-Kent College of Law. “Por primera vez en mucho tiempo, quizás como nunca antes, hay un creciente apetito público para hacer cambios en la corte, como añadir jueces o imponer límites de tiempo”.
La aprobación pública de la Corte Suprema cayó a un nuevo mínimo el mes pasado, con la mayor desaprobación desde que la firma de encuestas Gallup comenzó a registrarla desde 2000.
El sondeo arrojó que un 53 % de la población desaprueba la labor que está haciendo la Corte Suprema. Un 40 % de los encuestados describieron a la corte como “bastante correcta” ideológicamente, mientras que un 37 % dijo que es “muy conservadora”.
El resultado de la encuesta, conducida del 1 al 17 de septiembre, tuvo lugar a un año de que el 58 % de los estadounidenses dieron su apoyo a la Corte Suprema y un par de meses después de que los magistrados revocaron el fallo de Roe.
Shapiro, quien también es codirectora el Instituto sobre la Corte Suprema de Estados Unidos (ISCOTUS), una comunidad de académicos que estudian el tribunal, dice que además de la decisión sobre el aborto, muchos consideran que la composición actual de seis nominados por republicanos y tres por demócratas no es representativa del pueblo estadounidense.
“Ese es el caso, a pesar de que los candidatos republicanos solo han ganado el voto popular exactamente una vez desde 1988”, señaló Shapiro.
“Donald Trump fue presidente por cuatro años sin ganar una mayoría y tuvo tres nominaciones. (Barack) Obama fue presidente por ocho años con dos mayorías de votos populares y designó a dos (magistrados). Ese es un argumento a favor de límites de tiempo, porque la idea es que … cada presidente, en cada término, tenga la oportunidad de designar dos jueces”.
En una encuesta de Politico en junio, el 62 % de los participantes apoyaron límites de tiempo para los magistrados y el 23 % se opuso. Un 45 % favoreció un aumento de magistrados en la corte, contra un 38 % que se opuso.
La Constitución otorga al Congreso la autoridad para expandir la Corte Suprema, algo que ha ocurrido siete veces.
“Aumentar el tamaño de la corte para cambiar sus políticas no carece de precedentes, pero no ha sucedido en más de 150 años”, dijo Lawrence Baum, un profesor de ciencias políticas retirado de Ohio State University. En su opinión hay argumentos para ampliar la corte y para dejarla como está.
Un 53 % de los encuestados respaldan balancear la corte con igual número de demócratas, republicanos e independientes, mientras que un 30 % se opone.
“Lo que tenemos es una corte realmente minoritaria en el sentido de que no representa al voto mayoritario de los estadounidenses”, dijo Shapiro. “Es constitucional, No quiero sugerir que es ilegítima en ese sentido, pero pienso que es profundamente problemático para la corte estar tan desconectada del proceso democrático”.
Tanto Shapiro como Baum apoyan la idea de límite de tiempo para los magistrados de la Corte Suprema.
“Elimina ese elemento de sorpresa aleatoria que causa que algunos presidentes más agraciados que otros tengan oportunidades de seleccionar miembros de la corte. También reduce de algún modo la oportunidad de que alguien se mantenga en la corte más allá del tiempo en que puede ser efectivo”, dijo Baum.
Los límites de tiempo pondrían fin a los pugilatos políticos en el Senado que impidieron a Obama designar un magistrado tras la muerte de Antonin Scalia en febrero de 2016 y que Trump nominara a Amy Coney Barrett después del fallecimiento de Ruth Bader Ginsberg en septiembre de 2020.
“No tendríamos jubilaciones estratégicas para que un presidente pueda lograr una nominación”, dijo Shapiro. “Términos de 18 años es la propuesta de que hablo. Así fue durante los primeros 100 años”.
El año pasado, el presidente Joe Biden creó un panel de expertos para explorar una posible reforma de la Corte Suprema. La comisión recomendó un nuevo código de ética y más transparencia de la corte, pero no mencionó límites de tiempo ni una expansión de magistrados.
Incluso sin una reforma de la corte, Baum dice que hay medios para reducir el impacto de fallos impopulares.
“Las decisiones de la Corte Suprema a menudo dejan mucho espacio para que la gente responda de formas diferentes. En el caso del fallo sobre el aborto, se da a los estados muchas libertades para adoptar políticas sobre el aborto”, señaló.
“De ese modo, los estados que están usado el fallo para prohibir el aborto están cumpliendo, y hay estados que deciden que van a proteger el aborto aún si la Corte Suprema no lo hace, y están cumpliendo. O sea, que los estados pueden a menudo hacer mucho dentro de los márgenes de una decisión de la Corte Suprema”.
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