Los indígenas amazónicos que reanudaron su marcha tras una violenta represión policial, llegaron en la víspera al municipio de Palos Blancos, en La Paz, en medio de una gran tensión que pretenden aprovechar para arribar a la sede de gobierno tres días antes de las elecciones judiciales del 16 de octubre.
“¡Que viva la octava marcha de los pueblos indígenas! La marcha tiene prevista recorrer hoy como 20 kilómetros. El espíritu es ahora continuar hacia delante”, señala Adolfo Chavez, uno de los dirigentes marchistas.
“Si tratan de impedir nuevamente esta marcha para que avance la marcha nosotros vamos a responder. Por la buena y por la mala la marcha va llegar hasta la sede de gobierno”, continúa Nuni, otro de los líderes del movimiento.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, no solo criticó a los marchistas, sino que los acuso de ser parte de un plan para afectar las elecciones judiciales.
“Esta marcha desde el primer momento estaba orientada para perjudicar y para hacer fracasar las elecciones del 16 de octubre de este año. Será otro fracaso para ellos. Si este es el plan de esta marcha, que sigan marchando, pero también nosotros seguimos marchando para garantizar nuestras elecciones”, afirmó el mandatario.