El principal desafío que se plantea en este momento para que el gobierno argentino supere con éxito holgado las elecciones del próximo 23 de octubre es resolver si puede darse una victoria en la primera vuelta.
Para obtener una victoria definitiva en la primera vuelta, la presidenta deberá obtener más del 40% de los votos y 10 puntos por encima del segundo candidato. En caso de pasar a una segunda vuelta, se teme que la oposición salga fortalecida y dificulte la reelección de Fernández.
Varias consultoras políticas, como Equis o la encuestadora Poliarquía, auguran que si las elecciones se convocaran a día de hoy, la presidenta argentina obtendría su reelección sin necesidad de una segunda vuelta.
Pero este liderazgo que busca dar continuidad al proyecto kirchnerista debe competir además con otros escollos en el camino a la reelección, tal y como indican los analistas.
Por un lado se encuentra la batalla que debe dar contra sus otros cinco contendientes. El candidato más fuerte, Ricardo Alfonsín, hijo del expresidente Raúl Alfonsín (1983 - 1989) y miembro de la socialdemócrata Unión Cívica Radical (UCR), se sitúa en las encuestas en un segundo lugar con un 15,3% de la intención de voto. Pese a las acusaciones que pesan sobre su partido, Alfonsín prometió pragmatismo, y en señal de ello nombró como candidato a vicepresidente al ex presidente del Banco Central Javier González Fraga.
El jefe del gabinete presidencial, Aníbal Fernández, afirmó que "la diferencia es muy grande" entre Fernández y el resto de los candidatos y acusó a Elisa Carrió y Eduardo Duhalde de "sinvergüenzas" por sus críticas contra la presidenta. La primera, Elisa Carrió, candidata de la Coalición Cívica, diputada Nacional y líder del ARI, se encuentra próxima en las encuestas al ex presidente y candidato de la Unión Popular Eduardo Duhalde, que ha ostentado multitud de cargos en el gobierno entre los que figuran el de vicepresidente, gobernador
de la provincia de Buenos Aires, senador Nacional, alcalde y presidente del MERCOSUR.
Por último, los otros dos candidatos del peronismo se dividen las alas socialista y socialdemócrata; Hermes Binner, como candidato del Socialismo Frente Progresista, es el actual gobernador de la provincia de Santa Fé, enclave decisorio en las elecciones. Alberto Rodriguez Saa se postula por el Peronismo Federal, mientras actualmente se desempeña como gobernador de la provincia de San Luis.
Pero además de superar a sus contendientes Cristina debe afrontar otras luchas internas que acarrea su gobierno, representadas de modo simbólico, por dos grandes ausencias durante el acto de su anuncio: la presidenta de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y el jefe del sindicato de la CGT, Hugo Moyano.
El apoyo casi incondicional que prestó la presidenta a la asociación Madres se ha visto empañado por el escándalo de denuncias de corrupción que atraviesa la organización después de que se diera a conocer que su apoderado Sergio Schoklender, que será juzgado por las irregularidades en el manejo de fondos públicos destinados a la construcción de viviendas populares.
Para Moyano, por su parte, "lo importante es ser un hombre de confianza de ella y que encarne el proyecto que ella encarna, más allá del sector al que pertenezca. Ella tomará una decisión y todos acompañaremos", según recogen los medios locales.
Sacudido por otro escándalo producido por los reclamos de Suiza, que bloqueó una cuenta con $1.870.000 dólares de la empresa Covelia, protegida por el sindicalista, y acusada de lavado de dinero, Moyano busca su lugar en la estrategia de Fernández.
Ante el deterioro de sus relaciones con la presidenta, el jefe sindical planea mantener un puesto preeminente en el nuevo gobierno, que vaticina cristinista en un panorama en el que "la oposición prácticamente no existe, sus representantes no se ponen de acuerdo, carecen de ideas y lo único que hacen es criticar, lo que a la gente no la convence más".
Si bien, estos sólo son algunos de los obstáculos que la presidenta deberá superar para llevar ese 33,4% de intención de voto que le dan las encuestas de la consultora Management & Fit, hasta el 40% que necesita para derrotar a sus contendientes.