Más de medio millón de familias viven en una villa miseria en Buenos Aires, más del doble que hace 10 años.
Sin techo, sin hogar de calidad, en un barrio marginal y sin ninguna medida de seguridad o protección para su familia, 500.000 personas habitan las 864 villas miseria que colman el conurbano de Buenos Aires.
Sinónimo de favelas o asentamientos humanos, un 33% de Latinoamérica vive en situación de pobreza en estos lugares.
Durante los últimos cinco años se formaron 90 nuevas villas en el conurbano bonaerense, en su gran mayoría a partir de la toma de tierras fiscales.
Las cifras las ha hecho públicas la ONG Un Techo Para Mí País, que realizó un relevamiento con la fuerza de 600 voluntarios para reflejar una realidad que no aparece en los datos oficiales.
En la investigación, UTPMP descubrió un crecimiento en la población de las villas de un 55% desde el año 2001, proceso que se amplió desde 2006.
Inmigrantes de países vecinos, compatriotas de zonas rurales y familias sin recursos viven en la marginalidad. En el 82,8% de los casos, son migrantes argentinos, provenientes del interior en busca de un mayor acceso a servicios esenciales, pero conviven con extranjeros, principalmente llegados de Paraguay y de Bolivia.
De acuerdo a la ONG, el 65% de las villas de emergencia continúa en proceso de construcción para cubrir la llegada de nuevos pobladores: "El crecimiento de los asentamientos, aún en contextos económicos favorables y pese a los distintos programas sociales, da cuenta del carácter estructural del fenómeno", señala el sondeo.
UTPMP es una organización no gubernamental liderada por jóvenes voluntarios, con presencia en 19 países de Latinoamérica que trabajan junto a familias que viven en asentamientos urbano-marginales, para que a través de un esfuerzo en conjunto puedan mejorar su calidad de vida.