Todo es posible, dice esta practicante de yoga, una disciplina que tomó fuerza durante la pandemia como muchas otras actividades al aire libre y que ha ido en busca de los mejores escenarios neoyorquinos hasta llegar a los más altos. Como el rascacielo The Edge, a 335 metros de altura, el edificio más alto del hemisferio occidental y donde las clases semanales de $60 por persona para Sky High Yoga se agotan en instantes.
“You really feel like an on top of the world and you feel all this powerful energy. Like you really high in the air and you feel very strong and powerful and inspired that you live in this big city and there are so many possibilities and it's like everything is possible. At least that's how I felt.”
"Realmente te sientes como en la cima del mundo y sientes toda esta poderosa energía. Te sientes muy alto en el aire y te sientes muy fuerte, enpoderada e inspirada porque vives en esta gran ciudad y hay tantas posibilidades”, comenta Aksana Kuzmitskaya, practicante de yoga.
Este no es el único escenario, dos veces por semana, la ciudad ofrece yoga gratuito en diferentes muelles como éste a orillas del río Hudson y una vez por año y durante el día con más luz, se celebra el solsticio en medio de la concurrida plaza de Times Square y de cara a las vallas publicitarias más reconocidas en el mundo con clases todo el día.
“Estar viendo los rascacielos de Nueva York esos sitios que son de película, de escenario, nos añaden una dinámica, una energía única, así que para mí personalmente y cuando hago mi práctica y he hecho clases de yoga en Times Square, en bajo Manhattan, en el parque central nos da una dinámica única porque no hay ningunos otros lugares en el mundo como Nueva York”, dice Maritza Puello, Instructora de yoga y meditación.
Esta práctica de la antigua India es cada vez más popular en Estados Unidos y al menos cinco vertientes: Hatha, Lyengar, Vinyasa, hot yoga y Ashtanga son las más reconocidas.
El yoga combina ejercicios específicos, en especial de estiramiento llamados poses, con técnicas de meditación dirigidas a obtener mayor eficacia en el dominio del cuerpo y la concentración. Las clases son inclusivas para todos. Ángela González, Voz de América, Nueva York.