El ejército de Pakistán formalmente rechazó las conclusiones de la investigación estadounidense sobre el ataque de las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), ocurrido a fines de 2011 en un puesto fronterizo pakistaní con Afganistán, donde murieron 24 soldados de Pakistán.
Los militares pakistaníes dijeron que no están de acuerdo con varias partes del informe de la investigación, al cual define como incorrecto en cuanto al recuento de los hechos.
Autoridades de la secretaria de Defensa de Estados Unidos señalaron que una inadecuada coordinación entre las fuerzas de Pakistán y las fuerzas lideradas por Estados Unidos, son responsables por las muertes ocurridas en el ataque del pasado 26 de noviembre.
La investigación estadounidense incluso señala que las fuerzas de Estados Unidos actuaron en defensa propia y con un apropiado uso de la fuerza tras ser inicialmente atacados.
Pero los militares de Pakistán consideran que el simple hecho de que la investigación halla a Pakistán parcialmente responsable por el incidente es “injustificado e inaceptable”.
El ejército pakistaní sostiene que durante el incidente, las tropas pakistaníes estaban combatiendo contra los milicianos, pero no dispararon en dirección a las fuerzas de la OTAN.
En tal sentido, los militares pakistaníes definen al ataque de la OTAN como no provocado y dicen que la principal responsabilidad por el incidente, es el fracaso de las fuerzas de la coalición en Afganistán “en compartir información sobre las operaciones cerca de la zona fronteriza con Pakistán”.
Tras el incidente, Pakistán cortó dos rutas de abastecimientos usadas por la coalición para transportar material no letal para Afganistán. El diferendo colocó las relaciones de Estados Unidos con Pakistán en el punto más bajo incluso, desde el operativo que terminó con la muerte de Osama bin-Laden, el 1º de mayo de 2011.